Boca empató 0-0 con Olimpo en Bahía Blanca y dejó un caudal de incógnitas debido al flojo nivel que demostró en su presentación en el Apertura. Con el estreno de varios de sus refuerzos, el elenco de Falcioni dependió en exceso de Riquelme y debió conformarse con un empate con gusto a poco ante un rival que, desde su humildad, le generó problemas.
Los primeros segundos estuvieron plagados de zozobra para Boca. En la primera jugada tras el saque del medio, la defensa dio todas las facilidades posibles y Orión debió desviar un remate de Rolle con destino de ángulo. No se había cumplido el minuto de juego cuando Faccioli ganó de arriba en un centro y mandó la pelota por arriba del travesaño. En una ráfaga, la falta de solidez del elenco de Falcioni quedó expuesta de manera alevosa.
Para evitar sufrimiento en la marca, Boca quería monopolizar la pelota. Sin embargo, los defensores del Xeneize abusaron de los pelotazos en el prólogo de cada jugada y el circuito en torno a Riquelme no se activó. El enganche intentó mostrar el camino con pases clarificadores, pero no tuvo socios y, por momentos, se contagió de las imprecisiones de sus laderos. Un panorama lóbrego para uno de los candidatos.
En un duelo muy chato, Olimpo combatió en la mitad de cancha con Vega y Musto, y se las ingenió para inquietar de contragolpe con Casais por derecha y Rolle por izquierda. Boca se atascó en un pozo: Rivero y Erviti no le dieron alternativas confiables a Riquelme, Cvitanich fue anulado por Villanueva, Viatri se retrasó sin éxito ante la falta de centros y a Clemente le faltó más decisión para soltarse por izquierda.
Cuando se cumplió la media hora de aburrimiento, Boca entregó algunos mensajes más entusiastas con tres llegadas peligrosas. A los 33, Insaurralde conectó la pelota con una pirueta y casi festeja. Un minuto más tarde, Tombolini tapó un tiro de Clemente (bien asistido por el 10) y Cvitanich no llegó al rebote. Y a los 42, Viatri cabeceó un centro de Rivero y la pelota se fue muy cerca del palo.
En el amanecer del complemento, Boca consiguió imponerse en el medio y empujó a Olimpo contra su arco. Por primera vez, el visitante logró jugar en campo contrario durante varios minutos consecutivos. Riquelme encontró algo de compañía con Clemente y Viatri, quien entró y salió del área para arrastrar marcas. Pero la posesión de pelota no se tradujo en ataques profundos por la previsibilidad para avanzar.
A pesar de jugar retrasado, Olimpo fue más incisivo y metió miedo en dos réplicas. Un tiro de Schefer (reemplazante del lesionado Bareiro) salió cerca del palo izquierdo de Orión, en tanto que Rolle desenfundó su zurda y mandó la pelota por arriba del travesaño. Apenas pasados los 20 minutos, Falcioni movió la estantería: Colazo y Mouche por Erviti y Cvitanich. La indicación fue nítida: había que abrir la cancha por izquierda. Pero no hubo mejorías.
La noche quedó condenada a la virginidad. Sólo un contragolpe del Aurinegro, un golazo de Riquelme o una apilada de Mouche podían disipar la pobreza del partido. Ninguna de las tres cosas sucedió y el empate fue irremediable. Ambos deberán mejorar, pero Boca se quedó mucho más preocupado que su rival. La razón es obvia: se reforzó con el objetivo de ser campeón y mostró muchas carencias en su primer examen.
Texto y foto http://www.tycsports.com/
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