Con ráfagas de inspiración, el equipo nacional vapuleó a la débil Venezuela por 4-0 y le regaló una alegría a Maradona en su estreno en una competencia formal. Messi, la figura del partido, abrió el camino con una linda definición. Tevez, Maxi Rodríguez y Agüero sentenciaron la victoria.Diego tuvo un debut oficial feliz. No se puede decir que lo soñó, porque si bien resultó con goleada incluida, la Selección no descolló y un rival notablemente inferior sólo opuso resistencia replegado en su campo, sin lastimar ni comprometer en ningún momento lo que se auguraba como un triunfo seguro del conjunto nacional. El partido se pareció más a un trámite que a otra cosa, con poco margen para el deleite y la ovación. Lo de la Argentina fue discreto en la primera parte y bueno en el complemento. En ese contexto, el resultado y la diferencia resultan inobjetables. Con breves muestras de su genial repertorio, Messi mostró el camino y fue la figura del encuentro. Tevez, Maxi Rodríguez y Agüero terminaron de sellar las enormes diferencias.
El equipo nacional se demoró 25 minutos en quebrar la resistencia venezolana, pero cuando lo hizo ya no hubo más partido. En el momento en que Messi inició el encuentro con Tevez, picó para recibir solo y definir con un toque suave y elegante al segundo palo, la Selección ganó en tranquilidad, sumó confianza y tomó impulso para mostrar su mejor cara en el complemento. Antes no hubo mucho más que el gol. Fueron repetidas las secuencias de los atacantes argentinos avanzando ante una barrera integrada por siete rivales. Era ir, chocar y volver. El equipo tuvo decisión, pero amén de la acción del primer gol le faltó inspiración. Atrás, claro está, nunca sufrió.
Por cómo estaba planteado el desarrollo, parecía que la mínima diferencia bastaba como sentencia anticipada del resultado. Pero se aguardaba por el talento en exhibición, por una manifestación real de las diferencias entre ambos. Y ese momento llegó en los minutos iniciales del complemento. Primero, Messi desbordó por derecha y envió un centro pasado para la aparición de Tevez, quien empalmó la pelota de aire luego de desacomodar con infracción a Chacón y quemó la red con un rechazo inapelable, con un arquero rival ya vencido. Enseguida, Maxi Rodríguez se asoció con Agüero, el Kun tiró el centro y su compañero del Atlético de Madrid disparó sin dejar caer la pelota, que rebotó en Chacón y descolocó a Vega.
Entonces sí el resultado exhibió con más realismo las diferencias entre ambos equipos. Sin brillar, la Argentina lo liquidó a partir del peso específico de su talento. Replegado cerca de su área, Venezuela jamás logró inquietar al fondo local. César González jugó muy lejos de su zona de influencia, ésa que a partir de su buen pie le está ofreciendo réditos en Huracán. Arango, la estrella del equipo, casi no tuvo participación y Maldonado, único punta, quedó perdido arriba, totalmente aislado.
Hacía rato que el desarrollo se había desvirtuado cuando Vega -arquero venezolano- ayudó a Agüero a encontrarse con la red para que cada integrante el trío de bajitos se fuera con una conquista. Hubo margen para que Messi armara un jugadón que levantó a la gente y mereció ser gol. También para que Jonás Gutiérrez cometiera una infracción que le valió la amarilla y lo dejó fuera del duelo ante Bolivia. Y no mucho más. Todo ya se había resuelto con anterioridad.
Texto y foto www.tycsports.com
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