Con una goleada inapelable y haciendo gala de su contundencia, San Lorenzo despidió su pobre semestre con un premio consuelo: el pase a la Copa Sudamericana. El Ciclón consiguió ese objetivo de fin de Clausura al vencer por 3-0 a un Argentinos sin respuestas en el Nuevo Gasómetro.
No obstante, los minutos iniciales de un primer tiempo sin grandes emociones fueron favorables al Bicho, que mantuvo el control de la pelota y se apoyó en la buena tarea de Néstor Ortigoza, quien avisó primero con un remate de media distancia que pasó cerca. Sin embargo, la chance más clara del segmento fue azulgrana, con una irrupción de Gonzalo Bergessio que terminó con un remate mordido que salió cerca del primer palo.
Hasta que, a los 15, golpeó el local. Adrián González recibió solo por derecha, mandó el centro y Bergessio apareció sin marca para cabecear alto y a la red. Después, creció el conjunto de Diego Simeone, y justamente fue González el que comenzó a complicar más con sus subidas por el lateral.
Si bien la impresión era que San Lorenzo podría lastimar de nuevo si se lo proponía, el desarrollo ingresó en un letargo que se quebró luego con una jugada individual de Santiago Solari que terminó con un remate desviado, un tiro cruzado de Bergessio desde la derecha y un mano a mano de Axel Juárez con Sebastián Torrico en el que definió muy mal. Hasta que, a los 42, Saúl Laverni expulsó a Ortigoza por un manotazo a Diego Rivero y le auguró un mejor complemento a los de Boedo.
Poco había sucedido en la última etapa cuando, a los diez minutos, un Rivero vital en el partido le metió un pelotazo a Bergessio para que quede cara a cara con Torrico y la empale de primera lujosamente por sobre el arquero. El golazo terminó por completo con las intenciones de Argentinos, que se hundió sin atenuantes en la escasez de variantes y la intrascendencia.
Así, no sorprendió que a los 30 Bergessio le entregue el balón al ingresado Bernardo Romeo en una rápida contra, Torrico le ahogue el grito a Bernie y el rebote le pegue a Juan Manuel Torres para ingresar al arco pidiendo permiso. Este tanto, que cerró definitivamente el encuentro, precedió a un profundo asedio local frente a una defensa débil (la jugada más clara la salvó Torrico ante González y Juárez) y un equipo sin alma que no por casualidad termina último este Clausura.
El final tuvo a San Lorenzo envuelto en tímidas muestras de alegría por el objetivo alcanzado, pensando ya en lo que viene y aguardando por un semestre mejor en el que, ya sabe, también tendrá incursión internacional.
Texto y foto www.tycsports.com
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