Finalmente, Michael Jackson tuvo su despedida. Fue un homenaje masivo, multitudinario, en el estadio Staples Center de Los Angeles, que estuvo colmado por unas 11.000 personas dentro y casi 7.000 fuera. Muchos habían pagado hasta US$ 10 mil por un ticket –originalmente gratuito- para seguir de cerca el último adiós al "rey del pop", uno de los artistas más importantes de las últimas décadas, muerto el 25 de junio pasado, a los 50 años, de un paro cardiaco.
El funeral masivo en el centro de Los Angeles comenzó poco después de las 14 (hora de la Argentina). En total, 17.500 personas siguieron el evento en el lugar: 11.000 que consiguieron entradas y otros 6.500 que lo vieron en pantallas gigantes instaladas en las afueras del complejo.
En un escenario donde predominó el color azul, con la leyenda "En emotivo recuerdo de Michael Jackson, Rey del Pop. 1958-2009", el homenaje comenzó con la lectura de un mensaje enviado por el líder sudafricano Nelson Mandela.
"Michael fue un gigante y una leyenda en la industria musical. Y lo lloramos con los millones de admiradores alrededor del mundo", dijo Mandela en su mensaje leído en la apertura del homenaje, luego del canto de "Aleluya" por un coro gospel. "Teníamos una gran admiración por su talento", expresó el líder sudafricano que llegó a reunirse varias veces con Jackson durante las giras del cantante por Africa.
En tanto, la gran amiga del ícono pop, la cantante Diana Ross, a quien en su testamento de 2002 Jackson designó como tutora alternativa de sus tres hijos de 12, 11 y 7 años, evitó participar de la ceremonia. "Decidí hacer una pausa y quedarme en silencio", dijo en un comunicado.
Cada persona que entraba al estadio recibía un programa con fotos del cantante y mensajes de sus hermanos, aunque sin revelar detalles de la ceremonia amenizada por los basquetbolistas Kobe Bryant y Magic Johnson, la actriz Brooke Shields –quien leyó fragmentos de "El Principito" para homenajearlo- y cantantes como Stevie Wonder y Mariah Carey. "Dios te ha llamado ahora para estar con él, alza tus alas y cumple tus demandas en el cielo. ¡Mantén encendida tu magia!", decía un mensaje escrito por su hermana La Toya Jackson.
Los Angeles, conocida como la "capital mundial de la industria del entretenimiento", había despertado lista para encarar uno de los días más importantes de su historia. Desde antes del amanecer miles de fans estuvieron en marcha para participar en la despedida del cantante o recordarlo en las calles. Se estima que mil millones de personas siguieron la transmisión por televisión e Internet, en uno de los eventos más mediáticos de la historia.
Antes de su traslado al Staples Center en un féretro dorado cubierto de rosas rojas, familiares y allegados del cantante se despidieron en un funeral privado en el cementerio Forest Lawn, en las colinas de Hollywood. Según el sitio web TMZ –que dio la primicia sobre la muerte del cantante-, el ataúd es un modelo de 25 mil dólares de bronce sólido con un baño de oro de 14 quilates, pulido y enfundado en su interior con terciopelo azul.
Alrededor de un centenar de personas tomaron parte en el sepelio íntimo que se realizó en el Hall of Liberty donde se vio acceder a la madre de Jackson, Katherine, en compañía de los tres hijos del "rey del pop".
El funeral, que estaba previsto que diera comienzo a las 8 hora local, se inicio con algo más de 30 minutos de demora, después de que la caravana llegara al cementerio después de las 8.15 hora local. La familia fue escoltada por un fuerte dispositivo policial en su trayecto por Los Angeles, para evitar incidentes. Incluso se cortó el tráfico en las calles por donde pasó la caravana de Rolls-Royces, Cadillacs y Range Rovers de color negro y vidrios polarizados.
Además de Bryant, Johnson, Shields, Wonder y Carey, participaron de la ceremonia, entre otros, el reverendo Al Sharpton, Martin Luther King III, los cantantes Usher, Jennifer Hudson y el fundador del sello Motown de los Jackson Five, Berry Gordy.
En tanto, la actriz Elizabeth Taylor, amiga de muchos años de Michael, había confirmado que no iba a participar en la conmemoración. "Se me pidió que hablara en el Staples Center. No creo que Michael hubiese querido que yo compartiera eso que experimentó con millones de otras personas", dijo la actriz. "Aquello que vivimos nos concierne a nosotros dos", explicó.
En los alrededores del Staples Center (a unos 20 kilómetros de distancia del cementerio), los seguidores de Jackson eligieron recordarlo con alegría y sonrisas antes que con llantos. Horas antes de la ceremonia, una manada de elefantes -once elefantes asiáticos y siete caballos del circo Ringling Bros. and Barnum & Bailey- marchó hacia el centro de Los Angeles en un día circense digno de un superastro.
Para el evento, la Policía de Los Angeles dispuso un operativo especial con 3.200 efectivos. Según fuentes oficiales, se estima que el homenaje le habrá costado a ese Estado una suma cercana a los 3 millones de dólares.
Texto y foto www.clarin.com
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