Omar Narváez inscribió su nombre en la historia grande del boxeo argentino. El chubutense superó esta madrugada por puntos al mexicano Alejandro Hernández y de esta manera retuvo por decimacuarta oportunidad el título mosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), igualando la marca de defensas que ostentaba el mítico Carlos Monzón.
Encima, para darla más emoción a una noche que el boxeador argentino imaginaba desde hace más de seis años, el sueño del campeón se concretó frente a su gente, debido a que la velada se llevó adelante en la ciudad de Puerto Madryn.
“Es una sensación de muchas cosas, felicidad, tranquilidad… Es algo que nunca soñé en mi vida vida, nunca pensé estar acá con 14 defensas exitosas”, declaró el Huracán. Y agregó: “Uno mira para atrás y todavía no puedo creer que estoy acá, de pie. El destino me trajo hasta acá y soy un agradecido”.
Además, Narváez reconoció que “en los últimos rounds sentí un poquito el pinchazo en la mano izquierda y trate de ser inteligente porque sabía que era inteligente en las tarjeta.”. Y sentenció respecto a la pelea número 15: “Ojalá tenga la posibilidad de pelear en el Luna Park”.
En los primeros pasajes se pudo observar a un Narváez pensante, estudiando a su oponente, claro en sus movimientos y con una zurda que cada vez que salía encontraba el rostro de su rival. El azteca se mostraba veloz para salir de la presión, no se achicó ante el marco y tuvo un muy buen pasaje en el arranque del cuarto asalto. La mitad inicial del combate, pautado a 12, encontró a nuestro compatriota con una leve ventaja.
El desarrollo se mantuvo sin variantes durante el resto de la pelea: el campeón esperaba su momento para atacar y sacar la diferencia en el asalto, sin correr riesgos innecesarios, regulando los tiempos y la energía; en tanto, Hernández buscaba una mano salvadora en los instantes de letargo de Narváez.
El octavo round fue uno de los más entretenidos, con los dos intercambiando golpe por golpe y en el que el argentino demostró estar intacto físicamente. Cada vez que el mexicano llegaba con una buena derecha, recibía como réplica las combinaciones del rey de los moscas. El visitante intentaba sacar diferencias en el cuerpo a cuerpo, Narváez aceptaba la propuesta y siempre llegaba con mucha más profundidad. Así, poco a poco, fue sacando una ventaja que se terminó de plasmar en las tarjetas: 117-111, 116-112 y 119-110.
El Huracán, de 33 años, posee ahora un récord de 28 victorias (17 nocauts) y 2 empates; mientras que Hernández (22), sexto en el ranking de la OMB, se quedó con un registro de 20 triunfos (nueve antes del límite), seis caídas y una igualdad.
El chubutense se había coronado titular de la divisional mosca OMB el 13 de julio de 2002, en la reapertura para el boxeo del mítico estadio Luna Park, cuando derrotó ampliamente por puntos en 12 rounds al ex dos veces campeón ecuménico de esa divisional el nicaragüense Adonis Rivas. El reinado del invicto sureño consta desde hace seis años y dos meses, seis meses menos de lo que le llevó a Monzón (se retiró campeón invicto en 1977) enhebrar su conquista.
Texto y foto www.tycsports.com
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