El Pincha se impuso con goles de Román Martínez y de Duván Zapata en el descuento al Cervecero, que había empatado parcialmente a través de Martín Cauteruccio, cayó en el descenso y no gana desde hace siete fechas.
Estudiantes debió sufrir hasta el final para vencer por 2-1 a Quilmes después de haber protagonizado los noventa minutos aunque sin una efectividad que lo reflejara. El Pincha dejó atrás así su derrota con Godoy Cruz y se acercó a la pelea, mientras que su víctima cayó en el fondo de la tabla de promedios.
Todo el trámite fue de los de Diego Cagna. Aún sin una actitud arrolladora, los anfitriones se las arreglaron para controlar el pleito y llegar con peligro con una gran velada de Raúl Iberbia y Román Martínez, Maximiliano Núñez y Gastón Fernández en buen nivel.
Los de Omar De Felippe no encontraban respuestas. Apenas podían aspirar a hacer participar a Martín Cauteruccio y apostaban a cortar el juego rival en el mediocampo para evitar exigir a su endeble fondo.
Núñez tuvo la primera llegada con una volea que se fue cerca, Emanuel Trípodi le tapó un mano a mano a Guido Carrillo, que no pudo sacar un buen remate molestado por un defensor, y Wilfredo Olivera despejó después un complicado cabezazo del mismo Carrillo.
El complemento comenzó en la misma tónica. Núñez intentó desde afuera sin puntería, y a los 16 por fin acertó el León cuando la Gata fabricó un buen avance, habilitó hacia la derecha a Leonardo Jara, éste mandó el centro atrás y desde la medialuna Martínez definió alto y al primer palo.
El local continuó con su supremacía aunque con mayor relajación, pero podría haber aumentado con un mano a mano de la Gata que ahogó Trípodi. Hasta que a los 38 llegó lo impensado. En su primera chance, se escapó Cauteruccio y, tras una serie de rebotes, el balón le quedó por la izquierda para disparar al segundo palo y a la red. Baldazo de agua fría en La Plata.
Sin embargo y pese al poco tiempo que faltaba, Estudiantes no claudicó y tuvo su premio. A los 47, con el último aliento, un córner desde la izquierda (que luego sería muy discutido por la visita) dejó la pelota en pies del ingresado Leandro Benítez por la derecha, Trípodi le dio rebote a su intento y otro ingresado, Duván Zapata, empujó en el área chica para el delirio rojinegro.
Tarde pero seguro, la justicia se había dado una vuelta por el estadio Unico para la recuperación pincha y la desazón cervecera.
Todo el trámite fue de los de Diego Cagna. Aún sin una actitud arrolladora, los anfitriones se las arreglaron para controlar el pleito y llegar con peligro con una gran velada de Raúl Iberbia y Román Martínez, Maximiliano Núñez y Gastón Fernández en buen nivel.
Los de Omar De Felippe no encontraban respuestas. Apenas podían aspirar a hacer participar a Martín Cauteruccio y apostaban a cortar el juego rival en el mediocampo para evitar exigir a su endeble fondo.
Núñez tuvo la primera llegada con una volea que se fue cerca, Emanuel Trípodi le tapó un mano a mano a Guido Carrillo, que no pudo sacar un buen remate molestado por un defensor, y Wilfredo Olivera despejó después un complicado cabezazo del mismo Carrillo.
El complemento comenzó en la misma tónica. Núñez intentó desde afuera sin puntería, y a los 16 por fin acertó el León cuando la Gata fabricó un buen avance, habilitó hacia la derecha a Leonardo Jara, éste mandó el centro atrás y desde la medialuna Martínez definió alto y al primer palo.
El local continuó con su supremacía aunque con mayor relajación, pero podría haber aumentado con un mano a mano de la Gata que ahogó Trípodi. Hasta que a los 38 llegó lo impensado. En su primera chance, se escapó Cauteruccio y, tras una serie de rebotes, el balón le quedó por la izquierda para disparar al segundo palo y a la red. Baldazo de agua fría en La Plata.
Sin embargo y pese al poco tiempo que faltaba, Estudiantes no claudicó y tuvo su premio. A los 47, con el último aliento, un córner desde la izquierda (que luego sería muy discutido por la visita) dejó la pelota en pies del ingresado Leandro Benítez por la derecha, Trípodi le dio rebote a su intento y otro ingresado, Duván Zapata, empujó en el área chica para el delirio rojinegro.
Tarde pero seguro, la justicia se había dado una vuelta por el estadio Unico para la recuperación pincha y la desazón cervecera.
Texto www.tycsports.com
Foto www.ole.clarin.com
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