Como por arte de magia, un partido parejo pasó a ser goleada. Y el protagonista de esa historia sorprendente fue Vélez, que goleó este sábado por 4-0 a Godoy Cruz. Luego de un primer tiempo vertiginoso al que sólo le faltó el gol pero no contó con merecedores netos, el Fortín encontró dos conquistas al hilo y después se dedicó a dominar con amplitud a un rival quebrado futbolística y anímicamente. Y a decorar su fiesta con goles.
El local empezó mejor de la mano de Nicolás Cabrera y Víctor Zapata y mostró buenas combinaciones entre Maximiliano Moralez y Joaquín Larrivey, pese a que defendió mal, sobre todo por los laterales. Esas falencias permitieron que del lado del Tomba se lucieran Hernán Encina y Víctor Figueroa, artífices de la levantada de su equipo cuando promediaba la etapa.
La primera llegada clara fue un mano a mano del Bati que tapó Nelson Ibáñez y cuyo rebote Moralez disparó a la parte exterior de la red. Pero cuando la visita reaccionó, causó serios problemas desde los tres cuartos de cancha: Leandro Caruso se escapó por derecha y Figueroa, sin marca, remató alto, y Cristian Leiva avanzó por el medio, remató y tapó Germán Montoya. Después, el Fortín respondió con una aparición por derecha de Moralez con un disparo alto, y por último llegó el letargo de emociones en el tramo final.
La segunda mitad empezó con el conjunto de Diego Cocca totalmente volcado a conseguir la ventaja. En uno de esos embates sin claridad en la puntada final pero con un empuje peligroso por sí solo, a Figueroa lo bajaron en el área y Gabriel Favale no lo vio.Pero lo que seguiría en el desarrollo se iba a encargar de despejar todos los fantasmas de Liniers.
A los ocho minutos, tras un córner desde la izquierda, Ibáñez salió en falso en el área chica y Rodrigo López lo anticipó de cabeza para anotar el primero. Y enseguida, a los diez, Emiliano Papa mandó el centro desde la izquierda y Moralez definió para el segundo.
Esos dos minutos cambiaron todo el partido. Godoy Cruz no soportó la idea de haber peleado por un triunfo y sentirse sin chances tras unos instantes fatídicos, y Vélez se dedicó a hacer gozar a su gente. López se perdió el tercero enseguida, y a los 19 el mismo uruguayo apareció por derecha y, nada egoísta, asistió al medio a Moralez para que remate fuerte entre las piernas del arquero.
Con los tres puntos en el bolsillo local, los mendocinos hicieron sus últimos intentos, pero Roberto Jiménez tiró la pelota afuera y Montoya tapó un lejano disparo de Encina. Hasta que a los 33, Larrivey cabeceó al cuarto un tiro libre frontal, para que el postre también tenga frutilla. Al final, el ingresado Roberto Nanni se quedó con las ganas de hacer el suyo por un manotazo de Ibáñez y Larrivey no pudo empujar la pelota en las narices del arquero.
El desenlace llegó a todo trapo para el local: la gente se animó a cantar por el campeonato y aplaudió a todos los salientes: López, Moralez y Franco Razzotti, nuevamente de gran nivel. Hasta Zapata se llevó su reconocimiento con sabor a reconciliación en este Vélez que concretó más que lo que mereció, pero que encontró el buen camino y se apresta a desandarlo.
Texto y foto www.tycsports.com
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