San Lorenzo, que en su debut en el Clausura había derrotado 3-1 a Tigre en Victoria y había goleado 4-1 a San Luis de México en la primera fecha de la Libertadores, jugó su peor partido de la era Russo y, por la segunda fecha del torneo doméstico, cayó 2-1 en el Nuevo Gasómetro frente a Godoy Cruz, que fue infinitamente superior de principio a fin.
El conjunto dueño de casa se puso rápidamente en ventaja a los dos minutos mediante una jugada insólita: Carranza se jugó la vida frente a Barrientos en un mano a mano y Valles, ante la desesperación de despejar el peligro, le reventó la cara de un pelotazo al uno y la pelota ingresó lentamente en el arco.
El Ciclón estaba 1-0 arriba sin haber hecho absolutamente nada y esa situación no se modificó durante el resto de la primera etapa. El equipo local fue una sombra, un manojo de errores, de desatenciones, de inseguridades y de pases errados. La visita hizo todo para ganar, pero se fue al vestuario en desventaja.
Alejandro Gómez, en su 21° cumpleaños, no apreció en ataque y no logró hacer pie sobre el sector derecho para ayudar a Aguirre, quien luego pagó las consecuencias con su expulsión. Además, Ledesma y Torres perdieron claramente el duelo ante los mediocampistas mendocinos, que jugaron a otra velocidad y se cansaron de profanar una defensa inestable y desacomodada, que encontró en Méndez a su punto más alto.
Si San Lorenzo logró conservar la ventaja fue porque Orión le tapó dos mano a mano a Figueroa y porque el travesaño rechazó un terrible disparo de Formica, en un tiro libre desde la puerta del área. Encina también lo tuvo, pero remató por arriba del horizontal cuando sólo debía empujarla en el área chica.
Lo mejor del conjunto azulgrana fue Chávez, quien se dedicó a encarar en cada ataque y preocupó con su velocidad. Sin embargo, Russo, tras la expulsión de Aguirre, decidió sacarlo de la cancha y poner a Tula para cuidar el marcador. Por su parte, Barrientos fue pura imprecisión y desgano. Olmedo, el volante central de Godoy Cruz, borró a todos.
El equipo de Russo no cambió su cara en el complemento y ante el dominio del Tomba, prefirió pararse de contra con Silvera y el Papu arriba. Ya a los tres minutos, Figueroa no logró definir con Orión totalmente jugado y el arco desguarnecido. Pero a cinco más tarde, Borghello encaró y disparó cruzado para decretar el merecido empate.
Ledesma siguió siendo un fantasma en el medio y Cristian Leiva agigantó su figura: el mediocampista se adueñó de todos los rebotes, hizo jugar a sus compañeros y tomó la lanza en busca de la victoria. A los nueve, Borghello volvió a disparar y Orión tapó con sus piernas.
San Lorenzo apostaba a una desinteligencia en el fondo del combinado mendocino, que en su afán por lograr los tres puntos -sabía que San Lorenzo estaba para el cachetazo- dejó varios espacios en el fondo. Por eso, a los 15, Santana quedó mano a mano con Carranza, tras un buen pase de Gómez -con espacios, mejoró mucho y dejó pinceladas muy interesantes-, y elevó demasiado su disparo.
A los 36 llegó el segundo gol de la visita: luego de una excelente maniobra colectiva, Caruso, quien nuevamente mostró sus condiciones para manejar la pelota, la paró, se acomodó y la puso contra el poste derecho del arquero azulgrana. Sobre el cierre, San Lorenzo apretó: Gómez lo tuvo en una contra que no logró definir y en una volea que desvió a puro reflejo Carrizo.
Texto y foto www.tycsports.com
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