Dos conclusiones se pueden sacar tras el 3-1 de Vélez ante Arsenal en Liniers. La primera es que el último campeón será serio candidato para adueñarse también del Apertura porque exhibe la misma solidez que hace unos meses atrás. La segunda es que los de Sarandí, si siguen con este juego magro y su infructuosa cosecha de puntos, tendrán que agarrar la calculadora de los promedios por primera vez desde su llegada a la elite del fútbol nacional.
En los primeros diez minutos no la pasó bien el Fortín porque perdió el mediocampo y Arsenal debió ponerse en ventaja. Debió porque Maglio anuló por un offside inexistente un legítimo gol de Galván. Con Yacuzzi y Pérez Castro los de Sarandí manejaban las acciones y tuvieron otra buena chance en los pies de Jara, quien remató desviado.
A partir de esa jugada empezó a levantar el local porque empezó a tener contacto con la pelota su jugador más desequilibrante, Maximiliano Moralez. Con el enano activo por la derecha, empezó a llegar el equipo de Gareca. El Burrito Martínez se lo perdió al resbalarse en la boca del arco, pero a los 23 llegó el gol de Otamendi, quien para su primer grito en Primera aprovechó un rebote de Campestrini por un cabezazo a quemarropa de López.
El gol le dio tranquilidad a Vélez que a partir allí empezó a justificar la diferencia. Si no amplió fue porque el arquero visitante le sacó dos remates muy buenos al uruguayo Rodríguez López. Los de Sarandí apenas si se acercaron mediante una corajeada de Jara, bien resuelta por Montoya. En el complemento el local le cedió la iniciativa a Arsenal, a la espera de una contra y en su primera llegada a fondo, a los 17 y cuando pasaba poco y nada, volvió a golpear. Moralez escapó por la derecha y tiró un centro que cayó en los pies de López para que el goleador tocara a la red.
El 2-0 parecía un golpe de nocaut para los de Burruchaga, pero a los 24 Domínguez se llevó puesto a Jara dentro del área y Maglio, con acierto, sancionó el penal que Cristian Alvarez cambió por gol. Con el juego otra vez abierto, apareció Moralez para sentenciar el juego con un toque bajo contra el arco que hace dos meses le valió un campeonato. Iban 33 minutos y casi todo lo que sucedió después estuvo de más.
Texto y foto www.tycsports.com
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