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sábado, 5 de mayo de 2012

Elecciones Francia 2012 - a horas del balotaje entre Sarkozy y Hollande

Dramático duelo entre Sarkozy y Hollande. Los sondeos dan una ventaja de hasta 8 puntos al socialista. Pero el mandatario confía en un final “cabeza a cabeza”. El desempleo, la deuda pública y el crecimiento son temas centrales.

Cuarenta y cinco millones de franceses decidirán hoy a su presidente por los próximos cinco años. Es el balotaje de una campaña tensa, sucia y larga donde deberán elegir entre el socialista François Hollande o la permanencia del candidato presidente, el conservador Nicolas Sarkozy. Para ellos "nada está jugado" aún, aunque las encuestas le dan una ventaja de entre 5 a 8 puntos al postulante opositor. Sarkozy espera "un cabeza a cabeza" de último minuto y hasta imagina un escenario de "50–50".
Dos modelos de país se juegan en la elección, con una preocupación común: el alto desempleo, la deúda pública que crece al ritmo de la crisis, el crecimiento insuficiciente y el poder de compra.
Sarkozy eligió hacer una campaña centralizada en un discurso antiinmigrante y agitando la idea de que, si él no gana, Francia será como Grecia o España. Su objetivo en esta segunda vuelta ha sido conquistar a los enojados electores del xenófobo Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen y su derechización incomodó hasta a la Unión por un Movimiento Popular (UMP), su partido.
Holande llamó a la unidad, a la reconciliación de los franceses y a un pacto de crecimiento europeo y no solo de estabilidad. Consiguió paso a paso el apoyo de toda la izquierda, más el del ex gaullista presidente Jacques Chirac y el de su ex ministro de Educación, el centrista François Bayrou, que reaccionaron ante la violencia del discurso sarkozista. Su esperanza es que un triunfo socialista cambie la visión europea de que el único camino para salir de la crisis es la austeridad sin crecimiento.
La suerte de los candidatos está en manos de los 6, 2 millones de electores del Frente Nacional, que obtuvieron un 18 por ciento de voto–sanción en la primera vuelta del pasado 22 de abril. Tanto el voto de los simpatizantes de esta agrupación como la tasa de abstención serán fundamentales a la hora de los resultados. Si los lepenistas votan masivamente a Sarkozy junto a los electores del MODEM de Bayrou, el presidente candidato tiene una chance. Las encuestas aseguran que el 60 por ciento de ellos votará a su favor.
Toda Europa mira atenta la elección ya que definirá el papel de Francia entre sus aliados en el bloque comunitario. Según quien gane, se verá si París logra al cabo flexibilizar la recia postura del gobierno alemán de la canciller Angela Merkel, que se ha negado hasta ahora a revisar su medicina de más ajustes fiscales que, finalmente, terminan ahogando el crecimiento económico. Mientras Sarkozy se ha mostrado en su mandato al costado de Merkel, Hollande ha llamado en cambio a favorecer el crecimiento.
De acuerdo con la encuesta de Ipsos para el diario Le Monde, Nicolas Sarkozy ha conseguido una ligera progresión después del debate televisivo del último jueves entre los dos candidatos. El socialista François Hollande se impone en la intención de voto por 52,5 por ciento contra el 47,5 para Sarkozy. Entre el 27 y el 28 de abril, la encuesta les daba 53 y 47 por ciento, respectivamente. Sarkozy lidera los votos entre los electores de Marine Le Pen, con el 54 por ciento de intención de voto contra el 15 por ciento para Hollande. Los electores de Jean Luc Mélenchon, la izquierda de la izquierda, elegirán a Hollande en un 76 por ciento, mientras que el 6 por ciento de sus adherentes prefieren a Sarkozy. Las tropas de Bayrou continúan divididas: 38 por ciento para el candidato presidente, 30 por ciento para el socialista y 32 por ciento se abstendrán.
Sarkozy no pierde la esperanza. "El riesgo es una igualdad perfecta. Será muy pero muy ajustado. Los resultados corren el riesgo de ser impugnados, como por George Bush en Florida en el 2000", dijo el candidato presidente, en su último día de campaña en Sables d' Olone, donde se lo vio exhausto y hasta melancólico. Ayer, con la veda electoral, pasó el día junto a su esposa Carla, su bebita Julia y sus hijos, en una jornada de familia.
François Hollande recorrió 865 kilómetros en su último día de campaña electoral, entre Moselle y Perigueau. Regresó a dormir a su feudo de Tulle, donde esperará los resultados, que se conocerán hoy en Francia a las 20 horas (las 15 hora argentina). Es supersticioso y cumplió el sábado su ritual electoral: visitar el mercado de Tulle, abrazar a sus amigos, despedirse y prometerles que, si gana, siempre volverá al pueblo.
Como cuando el ex presidente François Mitterrand ganó en 1981, la fiesta será en la plaza de la Bastilla si triunfa la izquierda. Los socialistas ya preparan la agenda del ganador: inmediatamente partirá a Berlín; después a la cumbre de Chicago, donde se encontrará por primera vez con Barack Obama; y al final de mayo, a Bruselas para preparar la cumbre del crecimiento europeo.
Texto y foto www.clarin.com

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