El Aurinegro se impuso por 2-1, con un doblete de Bareiro, y mantiene las esperanzas de salvarse del descenso. El Rojo, que sumó su tercera derrota consecutiva y se complica en los promedios con vistas a la próxima temporada, había empatado con Farías.
Olimpo venció a Independiente por 2-1 en Bahía Blanca, en un partido por la 15º fecha del Clausura, y mantiene las esperanzas de salvarse del descenso, algo que parece difícil pero no imposible, ya que depende de otros equipos y, además, necesita que Rafaela no le gane a Colón. El Rojo, por su parte, sumó su tercera caída en serie y se complica en los promedios de cara a la próxima temporada.
El equipo de Walter Perazzo arrolló a su rival en los minutos iniciales. En apenas cuarenta segundo, el árbitro Saúl Laverni ya le había anulado (bien) un gol a Martín Pérez Guedes por fuera de juego. A los siete, Néstor Bareiro tuvo la suya y no perdonó: Martín Rolle sacó un centro cruzado que parecía salir por el fondo de la cancha, pero Pérez Guedes la recuperó y asistió al paraguayo, que sólo tuvo que empujarla.
En desventaja, Independiente dibujó algunas jugadas de riesgo y poco a poco fue acercándose al arco de Matías Ibáñez. Ernesto Farías, el faro en el ataque del visitante, puso el empate tras un desborde de Lucas Villafañez. Entonces, el Rojo dominó la pelota e incluso pudo haberse ido al descanso en ventaja con una maniobra de Facundo Parra que Juan Schefer cortó a tiempo.
Pero el equipo de Cristian Díaz volvió a sufrir horrores en defensa, y así le abrió una puerta a la esperanza de Olimpo. Andrés Franzoia, impreciso pero muy activo, amenazó en dos oportunidades. Los de Avellaneda respondieron con una volea del Tecla que Ibáñez mandó al córner de manera espectacular.
El que acertó fue, una vez más, Bareiro, quien encontró a la defensa rival muy mal parada y, claramente habilitado, sacó una palomita que se coló en el arco izquierdo de Adrián Gabbarini. Independiente sintió el golpe, y ni siquiera el ingreso de Patricio Rodríguez pudo darle situaciones de gol. Para colmo, una desatención entre Adrián Argachá y Gabbarini casi le deja el tercero a Bareiro, que fue atorado a tiempo por el arquero.
El equipo de Walter Perazzo arrolló a su rival en los minutos iniciales. En apenas cuarenta segundo, el árbitro Saúl Laverni ya le había anulado (bien) un gol a Martín Pérez Guedes por fuera de juego. A los siete, Néstor Bareiro tuvo la suya y no perdonó: Martín Rolle sacó un centro cruzado que parecía salir por el fondo de la cancha, pero Pérez Guedes la recuperó y asistió al paraguayo, que sólo tuvo que empujarla.
En desventaja, Independiente dibujó algunas jugadas de riesgo y poco a poco fue acercándose al arco de Matías Ibáñez. Ernesto Farías, el faro en el ataque del visitante, puso el empate tras un desborde de Lucas Villafañez. Entonces, el Rojo dominó la pelota e incluso pudo haberse ido al descanso en ventaja con una maniobra de Facundo Parra que Juan Schefer cortó a tiempo.
Pero el equipo de Cristian Díaz volvió a sufrir horrores en defensa, y así le abrió una puerta a la esperanza de Olimpo. Andrés Franzoia, impreciso pero muy activo, amenazó en dos oportunidades. Los de Avellaneda respondieron con una volea del Tecla que Ibáñez mandó al córner de manera espectacular.
El que acertó fue, una vez más, Bareiro, quien encontró a la defensa rival muy mal parada y, claramente habilitado, sacó una palomita que se coló en el arco izquierdo de Adrián Gabbarini. Independiente sintió el golpe, y ni siquiera el ingreso de Patricio Rodríguez pudo darle situaciones de gol. Para colmo, una desatención entre Adrián Argachá y Gabbarini casi le deja el tercero a Bareiro, que fue atorado a tiempo por el arquero.
Texto y foto www.tycsports.com
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