En la ardua pelea por seguir en Primera, San Lorenzo recibió un golpe de nocaut de parte de Unión en Santa Fe y quedó de rodillas en pleno ring, a falta de cuatro rounds para el final. Los dirigidos por Caruso Lombardi mostraron actitud ofensiva y coquetearon con el triunfo, pero no tuvieron contundencia y sufrieron un mazazo agónico. Así, siguen en Promoción con Tigre, que tiene un punto menos en la tabla de promedios.
Los equipos compartieron las dos premisas claves de su juego: acortar espacios entre las líneas y presionar en bloque. En consecuencia, el arranque del partido estuvo signado por el despliegue en la marca, la pierna fuerte y el derroche físico para molestar al rival. Rosales y Romagnoli, los conductores, intentaron crear juego en un terreno dedicado a la lucha.
En el balance del primer tiempo, Unión exhibió una supremacía a partir de su mejor juego aéreo y los picantes contragolpes que lanzó. Correa, Erramuspe y Barisone complicaron siempre en cada pelota detenida a favor, donde Migliore debió lucirse en un par de ocasiones. Y el mismo arquero ahogó dos chances más ante Cavallaro y Velázquez, en sendas réplicas.
Fue digna la actitud del Ciclón de ir a buscar y no refugiarse atrás, aunque se topó con todas sus limitaciones. Romagnoli trasladó demasiado y no sacó a relucir sus asistencias, Ortigoza jugó incómodo, Salgueiro gravitó poco por izquierda, Gigliotti y Bueno fueron absorbidos y a Buffarini le faltó precisión.
San Lorenzo inició el complemento con una mayor actitud ofensiva. Acarició el gol a los 6, cuando Gigliotti conectó un centro de Buffarini y Bologna mandó la pelota al córner. Luego avisó Meza, también de cabeza. En tanto, Unión (guidado por los movimientos inteligentes de Rosales) lo tuvo a los 18: Barrales tocó al medio, Míguez le dio al arco y Migliore respondió bien.
A los 24, Caruso Lombardi mandó al campo a Bazán, sacó a Bueno y armó un 4-3-1-2. No obstante, la única vía ofensiva estuvo por la derecha con Buffarini. No bastó el empeño del ex Ferro, que fue poco respaldado. Romagnoli, consumido físicamente, nunca pudo darle vuelo al juego del Ciclón.
En la recta final, el Ciclón caminó por la cornisa y se apoyó en la buena noche de Migliore. El Tatengue reaccionó con los ingresos de Montero y Jara, y sacó una mano de nocaut a los 42. Maidana envió un centro que conectó Barisone, cuyo cabezazo de pique al suelo burló a Migliore. Meza tuvo el empate poco después, pero se lo perdió increíblemente. Luego de cuatro minutos de adición, Unión se desahogó y San Lorenzo quebró en llanto.
Los equipos compartieron las dos premisas claves de su juego: acortar espacios entre las líneas y presionar en bloque. En consecuencia, el arranque del partido estuvo signado por el despliegue en la marca, la pierna fuerte y el derroche físico para molestar al rival. Rosales y Romagnoli, los conductores, intentaron crear juego en un terreno dedicado a la lucha.
En el balance del primer tiempo, Unión exhibió una supremacía a partir de su mejor juego aéreo y los picantes contragolpes que lanzó. Correa, Erramuspe y Barisone complicaron siempre en cada pelota detenida a favor, donde Migliore debió lucirse en un par de ocasiones. Y el mismo arquero ahogó dos chances más ante Cavallaro y Velázquez, en sendas réplicas.
Fue digna la actitud del Ciclón de ir a buscar y no refugiarse atrás, aunque se topó con todas sus limitaciones. Romagnoli trasladó demasiado y no sacó a relucir sus asistencias, Ortigoza jugó incómodo, Salgueiro gravitó poco por izquierda, Gigliotti y Bueno fueron absorbidos y a Buffarini le faltó precisión.
San Lorenzo inició el complemento con una mayor actitud ofensiva. Acarició el gol a los 6, cuando Gigliotti conectó un centro de Buffarini y Bologna mandó la pelota al córner. Luego avisó Meza, también de cabeza. En tanto, Unión (guidado por los movimientos inteligentes de Rosales) lo tuvo a los 18: Barrales tocó al medio, Míguez le dio al arco y Migliore respondió bien.
A los 24, Caruso Lombardi mandó al campo a Bazán, sacó a Bueno y armó un 4-3-1-2. No obstante, la única vía ofensiva estuvo por la derecha con Buffarini. No bastó el empeño del ex Ferro, que fue poco respaldado. Romagnoli, consumido físicamente, nunca pudo darle vuelo al juego del Ciclón.
En la recta final, el Ciclón caminó por la cornisa y se apoyó en la buena noche de Migliore. El Tatengue reaccionó con los ingresos de Montero y Jara, y sacó una mano de nocaut a los 42. Maidana envió un centro que conectó Barisone, cuyo cabezazo de pique al suelo burló a Migliore. Meza tuvo el empate poco después, pero se lo perdió increíblemente. Luego de cuatro minutos de adición, Unión se desahogó y San Lorenzo quebró en llanto.
Texto y foto www.tycsports.com
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