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sábado, 22 de noviembre de 2008

Rosario Central 1 Independiente 2

El Rojo lo dio vuelta en Arroyito con un gol espectacular del Toti en el segundo minuto del descuento. Central, que ganaba con un gol de Caraglio (PT 10m), pudo definirlo en la primera parte, pero dilapidó muchas chances, la visita despertó con un tanto de Ledesma (PT 42m) y se llevó todo sobre el final. Assmann, una vez más, fue figura.


Cuando promediaba el primer tiempo, seguramente muy pocos habrán imaginado que Independiente se llevaría todo el botín y volvería a sonreír después de cinco partidos (tres derrotas y dos empates) sin conocer la victoria. Es que el equipo de Santoro perdía y se exhibía en oferta, perdido y sin reacción, ante un Central que lo pasaba por arriba en la puja territorial y dilapidaba una innumerable cantidad de oportunidades para rematarlo. Pero claro, los locales chocaron contra su propia impericia para definir y contra Assmann, quien fue figura una vez más. Independiente sacó una mano sobre el cierre del primer tiempo, niveló el trámite y se quedó con la victoria gracias a Leonel Ríos, quien se despachó con un zapatazo impresionante, de otro partido, que valió tres puntos y una buena dosis de calma para la mitad roja de Avellaneda. Central lo lamentó muchísimo amén de la chance que dejó pasar, reparando en que comprometió aún más su situación con el promedio y puede quedar último en la tabla de posiciones. Nada más alejado del nivel que lució en la parte inicial, cuando arrolló a Independiente merced a un rato de inspiración de Ezequiel González, Gervasio Núñez y –sobre todo- Caraglio. El juvenil delantero rompió el cero con un inapelable cabezazo que se metió junto al palo derecho, a la salida de un tiro de esquina. Y después tuvo tres chances que le abortó Assmann y una más que definió desviado. El Equi también dispuso de una ocasión y Núñez de otra, pero fallaron y el resultado no se movió.
Independiente recién reaccionó sobre el final del primer tiempo, impulsado por tibios intentos de Montenegro y Gandín. Pero tuvo lo que le faltó a Central: oportunismo. Así, tras un córner, Ledesma metió ese frentazo goleador que vulneró el esfuerzo del dubitativo Broun.
La igualdad provocó que Independiente se acomodara mejor en la cancha. Tras un primer tiempo para el olvido, en el que mostró alarmantes desatenciones defensivas y lució partido en dos, producto de un mediocampo que no hacía pie, con Montenegro obligado a retroceder para generar diálogos con la pelota y Gandín aislado arriba, el cuadro conducido por Santoro equilibró las acciones. Lo ayudó Central, que no pudo sostener el frenético ritmo de la primera mitad. Lejos de ser una maravilla, Independiente creció por la vía de la voluntad de Mareque y de Montenegro. Hasta que Central, ya víctima de su propia impericia ante el arco rival, padeció un imponderable: se lesionó el Kily González -ingresó en el complemento- y, como Alfaro ya había realizado los tres cambios, el equipo debió afrontar los últimos minutos con 10 hombres.
Fue fatal, porque Ríos ya no tuvo quien lo contuviera, escaló por la zona vacía, recibió el pase de Montenegro y sacó un derechazo espectacular, que se clavó en el ángulo izquierdo de Broun, quien nada pudo hacer. Y sonrió Independiente, por reacción y oportunismo.
Texto y foto www.tycsports.com

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