El individuo ingresó en el comercio de la calle Vieytes al 2200, del barrio Sevilla, redujo a los empleados y clientes y se apoderó de unos 3.000 pesos que se encontraban en el interior de la caja registradora.
Paradójicamente, mientras la empleada de una heladería del barrio Sevilla conversaba con clientes sobre la ola de inseguridad, un delincuente armado irrumpió en el comercio, encañonó a los presentes y se apoderó del dinero que había en la caja, escapando con un botín de unos 3.000 pesos.
El robo se cometió entre las 20.30 y las 21 del domingo, en la sucursal que la empresa Grido posee en la calle Vieytes 2266, y resultaron víctimas los empleados Mayra Machado (30), y Francisco Briosso (25), así como dos personas que habían concurrido a comprar.
“Justo cuando estaba hablando sobre los hechos de inseguridad con dos mujeres que habían venido a comprar a la heladería, entró un ladrón, nos apuntó con un arma de fuego y a mí me tiró al piso. La caja estaba abierta porque recién les acababa de cobrar a las dos clientas”, dijo ayer Mayra Machado a un cronista de este diario.
“Entró, se dirigió directamente hacia donde está la registradora y me exigió que le diera el dinero. En ese momento mi compañero (por Briosso) salió de la parte de atrás del local, y el delincuente le dijo a él también que se tirara al piso”, agregó la joven.
Señaló la víctima que el individuo le apuntó “con un arma de fuego chica o mediana, de color negro, a unos 20 centímetros de distancia. No sé si a las clientas les hizo algo, porque yo estaba tirada atrás del mostrador y no pude ver”.
El asaltante tenía la cara cubierta y “un gorro o una gorra”, dijo Mayra, y se apoderó del dinero que había en la caja, aproximadamente 3.000 pesos, pero también trató de llevarse los teléfonos celulares de los damnificados, aunque finalmente desistió de ello y se fue rápidamente.
“Debe haber robado un poco menos de 3.000 pesos de la recaudación. Aproximadamente veinte minutos antes del asalto, yo había retirado efectivo de la caja”, expresó la empleada.
El malhechor fue descripto como un sujeto de baja estatura, aproximadamente 1,60, de tez oscura, quien vestía ropas de color negro.
“No pude observar de qué manera escapó el delincuente. Gisela Sotto, la dueña del comercio, le mostró a la policía las imágenes del asalto que registraron las cámaras de seguridad que funcionan en el local”, explicó la informante.
Aclaró que “el ladrón estaba de espaldas a la puerta de entrada, donde está instalada una de las cámaras de seguridad, por eso no sé si en la filmación se pueden ver las características del ladrón. Ni mi compañero ni yo radicamos la denuncia; no sé si la propietaria de la heladería lo habrá hecho”.
Texto y foto www.lanueva.com
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