Después de 24 años, la 'Albiceleste' vuelve a disputar un partido definitorio: será el próximo domingo ante Alemania en el mítico Maracaná –desde las 16–. Buscará sumar su tercera Copa del Mundo –antes ganó en 1978 y 1986– y disputará su quinta Final en la historia. En un partido plagado de tensión y con más estudio que llegadas de peligro, el conjunto de Alejandro Sabella llegó a los penales tras empatar 0-0 con Holanda. En los lanzamientos desde los 12 pasos, Sergio Romero se lució tapando dos tiros y 'Maxi' Rodríguez marcó el de la clasificación. ¡Un país vibra de emoción!
Estamos en la Final! Llore. Festeje. Grite. Vibre de emoción. 24 años después de Italia 90, el combinado nacional sacó el pasaje al partido definitorio en un encuentro plagado de tensión, donde las piernas de jugadores e hinchas pesaron por la historia de tanto tiempo sin alegrías. Encabezado por un león como Javier Mascherano, Argentina obtuvo la clasificación con muchísima personalidad en los penales después de empatar 0-0 ante Holanda.
El equipo fue la entrega de 'Masche', corriendo hasta la última pelota a pesar de estar lesionado. Las lágrimas de Lionel Messi cuando se obtuvo la clasificación, sabiendo que este es 'su' Mundial y que las cosas no le habían salido. Las manos de Sergio Romero, tapando las dos pelotas más importantes de su carrera. La sabiduría de Martín Demichelis para ganarse un puesto en las instancias claves, siendo un líder. La emoción es de todos.
Se transpiró. Se sintió. Se vivió. Se padeció. Los 24 años no se sacaron de encima fácil. El choque contra Holanda tuvo mucho más de tensión que de tranquilidad. La pelota vivió lejos del arco, pero las circunstancias generaron un trámite de película. De ida y vuelta en los sentimientos. De estudio minucioso en Europa y en América Latina. Pero prevaleció el corazón 'criollo' y la Copa la peleará la Selección.
¿Cómo fue la cosa? De ajedrez. ¿Holanda-Argentina? Más bien dicho, Kárpov-Kaspárov. Porque los hilos se movían con un detalle de cirujano. Porque el pizarrón primó por sobre la improvisación. Uno se metió atrás; el otro lo imitó. Y en eso andaba la pelota, más con los de 'celeste y blanco' que con los de naranja en el primer tiempo. Pero como el tablero mandaba, los espacios para los que saben se cerró casi por completo. Mascherano se tiró de libero obligando que Demichelis y Garay sean sus 'stoppers'. Él manejó la pelota y no Lionel Messi, quien apenas tuvo unas esperanzadoras conexiones con Enzo Pérez, de buen partido. Capricho del destino; o del técnico.
La primera etapa, con la teoría sobre la mesa, se lastimaron más en lo físico que en lo simbólico. Apenas un tiro libre de Messi que encontró Jaser Cillessen y un cabezazo de Ezequiel Garay por arriba del travesaño fueron los dos avisos que nunca se terminaron plasmando. Al menos en lo que fue el tiempo reglamentario y el suplementario.
Después de irse al vestuario 'ganador' en lo moral, el segundo tiempo cambió de protagonista. Argentina se retrasó por completo. Cedió el terreno y Holanda se metió en la tela de araña que le planteó un táctico Sabella. La pelota no le llegaba ni al temido Arjen Robben ni al 'somnoliento' Robin Van Persie, que sólo dijo presente en el Mundial para anotar en los primeros dos partidos.
Demichelis se transformó en pilar fundamental para sostener el marcador, acompañado por un sobrio Garay. Mascherano, en ídolo. Porque el 'Jefecito' hizo todo: marcó, jugó y salvó las 'papas'. ¿Cuándo? Con el reloj clavado en el minuto 90 y Argentina apostando a los perdidos Sergio Agüero y Rodrigo Palacio, quienes entraron frescos para quebrar la resistencia holandesa, pero se terminaron diluyendo sin siquiera intentar lastimar. Robben, en la única que tuvo en el partido, se llevó la pelota tras un buen engaño y cuando estaba para definir pie a mano con Romero, Mascherano se agigantó y lo cruzó con lo justo. Con el apoyo de toda una nación.
Momento del alargue. Tiempo extra para sufrir. Porque estaba cerca, pero en un solo error podía quedar en la otra punta del mundo. Y ahí el aliento argentino que copó el 'Arena Corinthians' se hizo escuchar. Con Messi deambulando por el terreno, quizás cansado, tal vez herido por no tener un buen rendimiento; o fastidioso por la falta de compañía en la creación durante todo el partido. A pesar de ese panorama, la balanza se pudo inclinar y cortar el padecimiento, pero ni Palacio ni 'Maxi' Rodríguez supieron desatarse la bolsa de arena para definir con frialdad.
Pitazo del turco Cuneyt Cakir y Mascherano, en función multiuso, se transformó en gurú: tomó del rostro a 'Chiquito' y le dijo bien claro: "Hoy vos vas a ser el héroe". ¿Quién podría negarse a tal pedido? El morocho silenció los tiros de Ron Vlaar y Wesley Sneijder. 'Maxi' estalló las gargantas acertando, con suspenso, el definitorio. El de la clasificación. El que irá a los compactos.
Abrazos y llantos por doquier. "Brasil decime qué se siente", como si fuera un concierto. La batuta en Brasil sonando en su esplendor. En Argentina, todos abrazándose. Dale un beso a tu vieja. Recordá a ese que no está. Olvidate un rato de los problemas. Aprovechá y disfrutá. 24 años pasaron para volver a sentir esta sensación. El domingo, desde las 16, la temida Alemania será quien se interponga en nuestro camino en el mítico 'Maracaná'. Falta un esfuerzo más. La quinta Final para la Selección, la búsqueda de la tercera Copa del Mundo tras llevárselas en 1978 y 1986.
Formaciones:
Argentina: Sergio Romero; Pablo Zabaleta, Martín Demichelis, Ezequiel Garay, Marcos Rojo; Enzo Pérez, Lucas Biglia, Javier Mascherano, Ezequiel Lavezzi; Lionel Messi y Gonzalo Higuaín. DT: Alejandro Sabella.
Holanda: Jasper Cillessen; Dirk Kuyt, Stefan De Vrij, Ron Vlaar, Bruno Martins Indi, Daley Blind; Georginio Wijnaldum, Nigel De Jong; Wesley Sneijder; Arjen Robben y Robin Van Persie. DT: Louis van Gaal.
Estadio: Arena Corinthians
Árbitro: Cuneyt Cakir (Turquía)
Texto y foto www.infobae.com
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