El equipo de Romero se impuso por 1-0 como local gracias a un gol de Agustín Torassa (ST 43m), eludió definitivamente el descenso directo y sigue fuera de la Promoción. En tanto, el visitante mantuvo el peor promedio y está a punto de perder la categoría.
All Boys derrotó por 1-0 a Quilmes en Floresta, en uno de los duelos de la fecha 16 del Torneo Clausura, y dio un gran paso hacia la continuidad en Primera. Los dirigidos por Romero eludieron el descenso directo y quedaron a cuatro unidades de zafar definitivamente de la Promoción. En cambio, su rival sigue último en la tabla de promedios y su descenso es casi una realidad.
Los dos protagonistas se jugaban mucho y construyeron un primer tiempo tan aburrido como olvidable. La razón por la cual se vio poco fútbol fue que la presión de uno anuló la creatividad del otro y viceversa. Quilmes, con Cerro y Garnier a la cabeza, encimó constantemente al mediocampo del Albo, que tuvo a Sánchez y Barrientos para efectuar la misma función. Entonces, se impuso el roce y un juego dividido que ahuyentó emociones.
Como casi toda la energía se consumió en la presión, quedó muy poca nafta para pensar en atacar. El Albo asustó con un centro de Vella que Matos no pudo conectar bien. Y el Cervecero soñó con un tiro libre que Diego Torres casi transforma en golazo. Caneo y Ortega, las usinas creativas, estuvieron apagados. En tanto, a Ereros y Torres, encargados del desborde y el vértigo, les faltó continuidad en sus embates.
Cambió muy poco el mapa táctico del partido tras el descanso. En medio de la cerrada paridad, el Cervecero se arrimó un poco más a Cambiasso pero le faltó la contundencia de los anteriores duelos. A los 7, Cerro se animó desde fuera del área y forzó una gran respuesta del arquero, quien poco después volvió a lucirse con una tapada. Por su parte, el Albo prescindió del apagado Ortega y buscó variantes con Grazzini.
Las urgencias se potenciaron en los últimos 15 minutos y por fin aparecieron las chances de gol claras. Entre los 35 y los 36 del complemento, Trípodi evitó un festejo de Grazzini y Cerro derrochó un gran contragolpe. Podía ganar cualquiera y el que acertó fue el anfitrión. El ingresado Agustín Torassa conectó la pelota en el área tras un cabezazo de Matos y desató la algarabía del Albo, que se sacó de encima el fantasma del descenso directo y potenció su esperanza. A Quilmes se le acabaron los argumentos para soñar
Texto y foto http://www.tycsports.com/
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