Dos hombres y diez años de balances encierran la clave en el origen de Covelia, la empresa de recolección favorita de Hugo Moyano.
Ricardo Depresbíteris es hijo de un zapatero, fue matricero y chofer de un gerente de Techint hasta los 18. “A los 20 años, era dueño de tres colectivos de la línea 54 y a los 24, tenía tres panaderías”, cuenta el empresario.
Es oriundo de Villa Obrera, también conocida como Monte Chingolo, un barrio de clase media-baja de Lanús, en el sur del Conurbano bonaerense. De ese mismo barrio es Marcelo Fabián González, el primer presidente de Covelia y cuñado de Depresbiteris, que antes de Covelia, también trabajó para Torsby, una empresa de recolección.
Antes de pertenecer al directorio de Covelia, Depresbíteris y González trabajaron para Julio César Trama, fabricante de veleros. Los cuñados se encargaban de vender los autos que Trama recibía como parte de pago.
En mayo de 2010, Trama apareció asesinado a hachazos en la frontera entre Salta y Bolivia, donde recientemente había comprado una finca. La policía salteña atribuyó el crimen a una banda de narcos, ya que el campo adquirido obstruía el paso fronterizo de los delincuentes.
Consultado por PERFIL, Depresbíteris aseguró que su “salto” empresario fue en 2000, cuando fundaron Covelia y compraron veinte camiones a Scania con un plan de financiamiento.
PERFIL pudo acceder a los balances de Covelia, presentados ante la Inspección General de Justicia (IGJ) y consultados por la Fundación Conciencia Pública, que dirige Graciela Ocaña.
Entre las perlitas de los balances, aparece una inversión en un plazo fijo por 141.332 pesos/dólares en la Corporación Metropolitana de Finanzas, una entidad sospechada de lavado de dinero por su estrecha relación con el ex banquero Raúl Moneta.
Texto http://www.perfil.com.ar/
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