Holanda puso primera en el Mundial de Sudáfrica con una victoria por 2-0 a Dinamarca, en el estadio Soccer City de Johannesburgo. Pese a tener una amplia gama de variantes ofensivas, la Naranja no alcanzó el brillo esperado y debió trabajar demasiado para doblegar a un pálido rival. De esta manera, el conjunto que conduce Lambertus Van Marwijk se trepó a la cima del Grupo E, también integrado por Japón y Camerún.
En el inicio del partido, Holanda entusiasmó por su poderío individual y construyó varias promesas de buen juego asociado. La pausa planificadora de Sneijder, la velocidad de Van Persie, la categoría de Van der Vaart y los centros de Kuyt ilusionaron a todos en los primeros minutos. Sin embargo, Dinamarca supo salir con vida de esos minutos de asedio y, paulatinamente, se acomodó en el partido.
Holanda asumió la iniciativa e intentó recuperar rápido la pelota con una marca pegajosa, pero no pudo ensamblar la buena técnica de sus intérpretes. La vía más potable para atacar fue la banda derecha, donde hubo varias combinaciones interesantes. En las dos llegadas más interesantes, Kuyt y Van der Vaart no pudieron doblegar al buen arquero Sorensen.
Luego de los primeros 20 minutos, Dinamarca empezó a demostrar su feroz contragolpe. A los 26, el experimentado Rommedahl se escapó por derecha y envió un centro que Bendtner conectó de cabeza pero sin precisión. Poco después, nuevamente Rommedahl aprovechó la espalda de Van Bronckhorst y generó peligro con un derechazo que pasó cerca. Y cerca del final, Bendtner dilapidó otra oportunidad. En su afán ofensivo, Holanda, que casi festeja antes del descanso con Van Persie, caminó por la cornisa del precipicio que separó a su defensa del mediocampo.
El gol en contra que convirtieron entre Simon Poulsen y Daniel Agger (la FIFA se lo dio al primero, aunque el que terminó empujando el balón fue el segundo) antes del primer minuto del complemento le allanó el camino a Holanda. El partido se empantanó en imprecisiones hasta los 22, cuando ingresó el moreno Elia y les cambió la cara a los holandeses con sus gambetas por izquierda. Por su parte, Dinamarca jamás presentó argumentos para soñar con un empate y se encadenó a su propia mezquindad.
El segundo gol de la Naranja llegó a seis del final por intermedio de una bonita jugada asociada que tomó vuelo con un pase magistral de Sneijder para el veloz Elia. El punta del Hamburgo definió a un costado del arquero, la pelota pegó en el palo y luego llegó Kuyt para dictaminar la sentencia. En la última maniobra de peligro, Afellay estuvo a punto de marcar el tercero. Hubiera sido una diferencia demasiado exagerada para esta versión light de Holanda, que deberá mejorar mucho si pretende cortar con su sequía mundialista.
En el inicio del partido, Holanda entusiasmó por su poderío individual y construyó varias promesas de buen juego asociado. La pausa planificadora de Sneijder, la velocidad de Van Persie, la categoría de Van der Vaart y los centros de Kuyt ilusionaron a todos en los primeros minutos. Sin embargo, Dinamarca supo salir con vida de esos minutos de asedio y, paulatinamente, se acomodó en el partido.
Holanda asumió la iniciativa e intentó recuperar rápido la pelota con una marca pegajosa, pero no pudo ensamblar la buena técnica de sus intérpretes. La vía más potable para atacar fue la banda derecha, donde hubo varias combinaciones interesantes. En las dos llegadas más interesantes, Kuyt y Van der Vaart no pudieron doblegar al buen arquero Sorensen.
Luego de los primeros 20 minutos, Dinamarca empezó a demostrar su feroz contragolpe. A los 26, el experimentado Rommedahl se escapó por derecha y envió un centro que Bendtner conectó de cabeza pero sin precisión. Poco después, nuevamente Rommedahl aprovechó la espalda de Van Bronckhorst y generó peligro con un derechazo que pasó cerca. Y cerca del final, Bendtner dilapidó otra oportunidad. En su afán ofensivo, Holanda, que casi festeja antes del descanso con Van Persie, caminó por la cornisa del precipicio que separó a su defensa del mediocampo.
El gol en contra que convirtieron entre Simon Poulsen y Daniel Agger (la FIFA se lo dio al primero, aunque el que terminó empujando el balón fue el segundo) antes del primer minuto del complemento le allanó el camino a Holanda. El partido se empantanó en imprecisiones hasta los 22, cuando ingresó el moreno Elia y les cambió la cara a los holandeses con sus gambetas por izquierda. Por su parte, Dinamarca jamás presentó argumentos para soñar con un empate y se encadenó a su propia mezquindad.
El segundo gol de la Naranja llegó a seis del final por intermedio de una bonita jugada asociada que tomó vuelo con un pase magistral de Sneijder para el veloz Elia. El punta del Hamburgo definió a un costado del arquero, la pelota pegó en el palo y luego llegó Kuyt para dictaminar la sentencia. En la última maniobra de peligro, Afellay estuvo a punto de marcar el tercero. Hubiera sido una diferencia demasiado exagerada para esta versión light de Holanda, que deberá mejorar mucho si pretende cortar con su sequía mundialista.
Texto y foto www.tycsports.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario