En Durban, el conjunto germano se impuso por 4-0 en su debut ante Australia con goles de Lukas Podolski (PT 7m), Miroslav Klose (PT 25m), Thomas Müller (ST 22m) y Cacau (ST 24m) y una gran actuación de Mesut Özil. Los oceánicos terminaron con diez hombres por la expulsión de Tim Cahill. En la misma zona están Serbia y Ghana.
Alemania consiguió este domingo y por el Grupo D la primera goleada del Mundial de Sudáfrica. Con solidez y contundencia, construyó en su debut una victoria sin atenuantes por 4-0 frente al deslucido Australia, haciendo gala de un rendimiento parejo en todas sus líneas, la contundencia de sus atacantes y una gran actuación del sorprendente y desequilibrante Mesut Özil.
El conjunto australiano, por su parte, apenas mostró algunos intentos por el sector derecho y abusando del recurso del centro; siempre le costó mucho superar la marca del mediocampo germano y terminó por echar por tierra todas sus chances ante su propia ineficiencia y la inferioridad numérica durante buena parte del segundo tiempo. Richard García, quien con leves pinceladas sacudió la modorra oceánica, fue el primero en avisar en el inicio con una media vuelta que despejó Philipp Lahm en los minutos iniciales, aunque enseguida Klose exigió al arquero Mark Schwarzer.
Hasta que, a los siete minutos, Thomas Müller apareció por derecha, metió el pase atrás y Podolski disparó fuerte, la pelota rozó en la mano del guardameta y se convirtió en la primera emoción del encuentro. El tanto agrandó al conjunto alemán, que dominó por completo la pelota. García tuvo un remate alto y Klose se perdió el segundo solo frente al arco tras un gran centro de Özil.
Así fue que, a los 25, sucedió lo que se esperaba. Lahm envió desde la derecha, Schwarzer salió en falso, lo anticipó Klose de cabeza y amplió diferencias en favor de los de Joachim Low. Después, Özil picó un balón y lo despejaron en la línea y Sami Khedira cabeceó por arriba.
El complemento arrancó con una Australia que, más adelantada, evidenció todas sus dificultades para ser claro aún con la pelota. El ingresado Brett Holman fue el único que logró crear peligro con un disparo desviado desde el borde del área. Luego, y pese a que los germanos se agazaparon y en pasajes dejaron a sus rivales ahogarse en su impotencia, todo el peligro fue alemán.
Muller definió alto tras una gran jugada y, a los diez minutos, el camino de los de Pim Verbeek se ensombreció con la expulsión de Tim Cahill por una falta sobre Bastian Schweinsteiger. Después, Alemania se decidió a ir por todo a cerrar el pleito: Özil y Klose exigieron a Schwarzer y el de Bayern Munich desperdició otro remate. Pero a los 22 el arco se volvió a abrir cuando, en velocidad, Müller recibió, dejó pasar a un defensor y tiró bajo y cruzado para que la pelota pegara en el palo y cruzara la línea. A los 24, por último, el ingresado Cacau apareció para tocarla tras un desborde desde la izquierda y anotar el cuarto.
Con la historia liquidada, el desarrollo perdió algo del vértigo que le había impreso Alemania. Satisfechos, los teutones quitaron el pie del acelerador y coquetearon más tibiamente con el quinto. Australia no tenía respuestas, y la mente germana ya estaba en lo que viene. Ilusionada con recuperar aquella anhelada gloria.
Texto y foto www.tycsports.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario