Holanda derrotó por 2-1 a Eslovaquia en Durban y selló su pasaje a cuartos de final, aunque mantiene una importante deuda en cuanto al juego. Arjen Robben, en su debut como titular tras su lesión, abrió el marcador y fue la llave para desarmar el partido. En el final, Wesley Sneijder estiró la diferencia, mientras que Robert Vittek puso cifras definitivas con su penal. Aun sin desplegar su mejor fútbol, a Holanda le bastó para ganar en sus cuatro presentaciones y el viernes chocará ante Brasil.
En base a su variado menú ofensivo, Holanda no tuvo problemas para marcar diferencias sobre un rival tan entusiasta como inexperto. La receta holandesa fue apelar a un juego dinámico y flexible para desorientar a la defensa rival. Y ese plan no demoró demasiado en darle réditos en el marcador. A los 18, Robben definió un contragolpe de manera categórica con un zurdazo cruzado. El delantero del Bayern Munich se paró de wing derecha y desniveló cada vez que se lo propuso.
La principal virtud de Holanda no fue el brillo, sino la versatilidad que le imprimió a su juego. Robben, Van Persie, Sneijder y Kuyt intercambiaron roles con frecuencia y sintonizaron la misma frecuencia: la técnica en velocidad. El equipo de Van Marwijk no fue un vendaval ni generó un gran caudal de chances de gol, pero dio la sensación de que siempre estuvo más cerca del segundo que Eslovaquia de empatar.
Tal como lo hizo durante todo el Mundial, Holanda transitó los caminos hacia la victoria con una solvencia excesiva. En el arranque del complemento, Robben volvió a encenderse y desniveló por donde quiso. Pero el arquero Mucha fue el único obstáculo que separó a los holandeses de una mayor diferencia.
La parsimonia de la Naranja sufrió dos importantes llamados de atención a los 21 minutos. Primero, Stoch se filtró en la defensa y exigió al arquero Stekelenburg con un potente disparo. Y pocos segundos después, Vittek dilapidó un mano a mano al rematar fuerte muy recto. Un par de tirones de oreja para un candidato que peca por no desplegar todo su potencial.
La débil esperanza de los eslovacos terminó a los 37 minutos, cuando Kuyt asistió a Sneijder, que señaló su segundo tanto en el Mundial. El descuento de penal de Vittek, en el tercer minuto de descuento, sólo sirvió para alcanzar a Higuaín en la tabla de artilleros y para decorar la digna campaña del único debutante. Una vez más, Holanda apeló a lo justo y necesario para lograr su objetivo, mientras mete miedo con las promesas que lanzan sus notables individualidades. Pero para lograr la ansiada gloria en Sudáfrica será necesario exigirse a pleno.
En base a su variado menú ofensivo, Holanda no tuvo problemas para marcar diferencias sobre un rival tan entusiasta como inexperto. La receta holandesa fue apelar a un juego dinámico y flexible para desorientar a la defensa rival. Y ese plan no demoró demasiado en darle réditos en el marcador. A los 18, Robben definió un contragolpe de manera categórica con un zurdazo cruzado. El delantero del Bayern Munich se paró de wing derecha y desniveló cada vez que se lo propuso.
La principal virtud de Holanda no fue el brillo, sino la versatilidad que le imprimió a su juego. Robben, Van Persie, Sneijder y Kuyt intercambiaron roles con frecuencia y sintonizaron la misma frecuencia: la técnica en velocidad. El equipo de Van Marwijk no fue un vendaval ni generó un gran caudal de chances de gol, pero dio la sensación de que siempre estuvo más cerca del segundo que Eslovaquia de empatar.
Tal como lo hizo durante todo el Mundial, Holanda transitó los caminos hacia la victoria con una solvencia excesiva. En el arranque del complemento, Robben volvió a encenderse y desniveló por donde quiso. Pero el arquero Mucha fue el único obstáculo que separó a los holandeses de una mayor diferencia.
La parsimonia de la Naranja sufrió dos importantes llamados de atención a los 21 minutos. Primero, Stoch se filtró en la defensa y exigió al arquero Stekelenburg con un potente disparo. Y pocos segundos después, Vittek dilapidó un mano a mano al rematar fuerte muy recto. Un par de tirones de oreja para un candidato que peca por no desplegar todo su potencial.
La débil esperanza de los eslovacos terminó a los 37 minutos, cuando Kuyt asistió a Sneijder, que señaló su segundo tanto en el Mundial. El descuento de penal de Vittek, en el tercer minuto de descuento, sólo sirvió para alcanzar a Higuaín en la tabla de artilleros y para decorar la digna campaña del único debutante. Una vez más, Holanda apeló a lo justo y necesario para lograr su objetivo, mientras mete miedo con las promesas que lanzan sus notables individualidades. Pero para lograr la ansiada gloria en Sudáfrica será necesario exigirse a pleno.
Texto y foto www.tycsports.com
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