El Ciclón, que acumulaba tres caídas en fila, festejó por un solitario gol de Silvera (ST 10m) y quedó muy cerca de lograr el pasaje para la Sudamericana. El Rojo volvió a decepcionar y fue hostigado por su gente.San Lorenzo volvió a ganar tras tres derrotas consecutivas. Superó 1-0 a Independiente en el Tomás A. Ducó y quedó a un paso de clasificar a la próxima edición de la Sudamericana, torneo que el club de Boedo conquistó en su primera edición (2002).
En el primer tiempo los dos expusieron sus carencias, las que los condenaron a realizar torneos paupérrimos, bien distantes a sus ricas historias. El Rojo apenas insinuaba algo diferente cuando la pelota descansaba en los pies de Montenegro, como siempre demasiado solo. El Ciclón penaba por varias ausencias –por distintos motivos faltaron Bergessio y Papu Gómez- y Silvera quedaba demasiado aislado arriba, más allá de las buenas intenciones de los pibes González y Juárez.
En medio de un partido muy disputado en la mitad de la cancha y en el que costó ver tres pases seguidos, el equipo de Gallego tuvo dos buenas chances para pasar al frente, pero Hilario Navarro ahogó el gol ante Tuzzio y Montenegro. En tanto, San Lorenzo inquietó con un remate de Juárez y un tiro libre de Solari, ambos bien resueltos por Assmann.
En el segundo tiempo la tónica cambió, aunque Independiente comenzó manejando mejor la pelota, fue San Lorenzo el que golpeó. A los diez, Solari se escapó por la izquierda y tiró un centro bajo que Silverá mandó a la red con un toque alto.
La ventaja era hasta ahí demasiado premio para los azulgranas, pero con el correr del reloj justificaron el triunfo. El Cuqui se perdió el segundo con un cabezazo alto y Solari remató al palo, antes de los veinte. El Ciclón, con un buen trabajo de Ledesma y Rivero ganaba la batalla en el medio y no casi no sufría atrás por sólida tarea de la última línea.
Claro, Independiente ayudaba con su apatía porque es díficil no convertirle a este San Lorenzo. El Rojo tuvo sólo una para empatar, fue a los 39 cuando entre Hilario y Aureliano Torres despejaron con esfuerzo un tiro de Gandín.
A fin de cuentas, ganó el que mejor hizo las cosas, y aunque al Ciclón no le sobró casi nada, las cuentas empiezan a cerrarle un poco más. El local sigue cuesta abajo, está redondeando una de las peores campañas de su historia y sus hinchas están que trinan.
Texto y foto www.tycsports.com
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