San Martín de Tucumán consiguió en Rosario el triunfo que necesitaba para continuar con chances de conservar la categoría. Fue un 1-0 trabajoso frente a Newell´s, en el que muchas veces debió lidiar con mejores pasajes de su rival y además se vio obligado a aguantar una inferioridad numérica en gran parte del complemento.
En el inicio, la Lepra dominó la pelota en el mediocampo pero carecía de ideas para penetrar en la defensa visitante. Su chance más clara fue una incursión de Alejandro Da Silva que terminó con un remate desviado. Pero entretanto, el Santo encontró un hueco para desnivelar por su sector izquierdo, el de Iván Pillud, y consiguió con poco comenzar a complicar más.
Mario Turdó y Nicolás Herrera tuvieron y desperdiciaron sus chances, mientras que el local, ya con el desarrollo más abierto, respondió con un remate desviado de Pillud y un cabezazo alto de Leonel Vangioni.
Hasta que a los 35 minutos, golpeó la visita. Facundo Pérez Castro encontró un hueco para adelantarse al ataque por la derecha, mandó un centro que no pudo conectar Turdó ni cortar Sebastián Peratta y por el segundo palo Urbano la empujó con un disparo alto. El pleito torcía su camino en favor de los tucumanos y Newell´s entraba en un bache profundo.
La segunda parte empezó con escasa emoción. La palidez y el desinterés rosarino se topaba con la falta de recursos y los nervios tucumanos; el balón se repartía en el medio entre imprecisiones. Apenas una guapeada de Mauro Formica que ahogó Marcos Gutiérrez y un tiro por arriba de Urbano rompieron con el letargo.
Hasta que a los 20, el autor del gol se equivocó feo. Bajó violentamente desde atrás a Hernán Bernardello en una jugada intrascedente y se ganó con justicia la roja directa. Pero, contrariamente a lo que se podría haber vislumbrado, Newell´s estuvo lejos de asediar en base a su hombre de más, simplemente controló los hilos y volvió a caer en su propia trampa: su carencia de variantes para crear peligro.
Es más, sobre un final que se fue tornando tenso por lo que se jugaba San Martín, fue la visita la que podría haber aumentado si no fuera por la acción de Peratta: Herrera lo complicó por izquierda y el ingresado Gustavo Ibáñez le quemó las manos en el descuento.
Así fue que, trabajosamente y con suspenso pero sin sufrir en extremo, San Martín construyó el resultado que ansiaba para mantenerse con vida. Y, si bien tiene que ganar en la última fecha ante Lanús y depende también de otros resultados, llegará con chances de permanencia a la última fecha del Clausura. No es poco.
Texto y foto www.tycsports.com
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