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domingo, 28 de febrero de 2010

Torneo Clausura 2010 - San Lorenzo 1 Tigre 0

El Ciclón, que acumulaba cuatro partidos sin triunfos ni goles a favor, se impuso por 1-0 sobre el Matador como local gracias a un tanto de Emiliano Alfaro (ST 37m). Los de Simeone dominaron durante todo el duelo pero recién en el cierre lograron quebrar a su mezquino rival. Ambos terminaron con diez por las expulsiones de Benítez y Rodríguez.

Luego de acumular cuatro partidos sin triunfos ni goles, San Lorenzo logró dejar atrás su mala racha con una agónica victoria por 1-0 sobre Tigre, en el Nuevo Gasómetro. Si bien hizo méritos para llevarse el anhelado triunfo, el conjunto de Diego Simeone debió sufrir hasta el final por su falta de contundencia ante un rival solamente preocupado por cuidar su valla. El uruguayo Emiliano Alfaro se erigió como el héroe de la tarde de domingo en el Bajo Flores.
En búsqueda de una victoria que le pusiera fin a su dolorosa sequía, San Lorenzo tomó las riendas del partido y, tal como lo hizo en el arranque del duelo con Racing, asumió un rol protagónico. Mucho más holgado y aliviado, Tigre aceptó ese módulo de partido y le cedió terreno y pelota a su rival, obviamente con el recurso del contragolpe como gran objetivo. El Ciclón logró trasladar el balón hasta la zona de tres cuartos de cancha sin dificultades, pero a partir de ese límite se topó con la dura marca del Matador, cuya presión era liderada por Diego Castaño.
El juego cerebral de Leandro Romagnoli se tornaba fundamental para poder clarificar el juego, pero sus compañeros pocas veces lo pudieron encontrar con facilidad. Entonces, se hizo imposible arribar hacia el arco de Daniel Islas de manera nítida. Las escaladas de Nelson Benítez por izquierda y los embates de Diego Rivero con derecha fueron los escasos argumentos que presentó el Ciclón para pretender la ventaja inicial. En tanto, los puntas Emiliano Alfaro y Juan Carlos Menseguez jamás pudieron jugar de frente al arco y debieron conformarse con la cesión de primera.
Cuando el reloj marcaba los 30 minutos, San Lorenzo disfrutó de una leve primavera y generó un par de chances claras. Primero, Alfaro maniobró de media vuelta y buscó a alguien en el centro de área, alguien que nunca apareció. Y segundos después, Benítez recibió la pelota tras un despeje de la defensa de Tigre y exigió a Islas, quien tapó el remate con gran capacidad de reacción. El equipo de Caruso Lombardi respiró aliviado e insistió hasta el final del periodo inicial con su receta: todas las fichas en las pelotas detenidas a favor y en los pelotazos para el solitario Carlos Luna.
En el arranque del complemento, Caruso Lombardi potenció su mezquindad y reemplazó a Sánchez por Pasini, un volante central con mucha marca. Por su parte, Simeone amplió el menú ofensivo con los ingresos de Sebastián González y Bernardo Romeo. La frescura de González le dio mayores variantes a los ataques azulgranas y Alfaro derrochó dos chances importantes para abrir el marcador.
Uno de los grandes pecados que cometió San Lorenzo durante todo el partido fue centralizar sus avances en lugar de profundizar por los costados, sobremanera por el sector de Leyes. A los 21, la defensa de Tigre no respondió bien ante un centro desde la derecha y la pelota le quedó a Alfaro de frente al arco. Los hinchas locales prepararon la garganta para gritar el esperado gol, pero el remate del charrúa se fue afuera por poco y el Nuevo Gasómetro se inundó de desilusión. Cinco minutos después, un cabezazo de Aguirre casi quiebra la impenetrable defensa del Matador.
Con escasas ideas y nula contundencia, San Lorenzo se fue consumiendo ante el pragmático planteo visitante. A Tigre se le facilitó demasiado el trabajo de recuperación y destrucción gracias a la insólita lentitud del Ciclón, que a falta de 15 minutos pasó a defender con línea de tres y sumó en la delantera a Bordagaray. Precisamente, el oriundo de Florencio Varela fue la clave para guiar a su equipo a la victoria. A los 37, Bordagaray desbordó por derecha y encontró en el área a Alfaro, quien esta vez no perdonó y cortó la sequía de 509 minutos sin goles. Simeone, totalmente fuera de sí, festejó desenfocado de cara a la gente local.
El amarrete planteo de Tigre se cayó a pedazos luego del segundo de inspiración que tuvieron Bordagaray y Alfaro. La gente de San Lorenzo se encendió a pleno con la ilusión de que la mala racha, quizás, a partir de ahora sólo sea un mal recuerdo. Las expulsiones de Benítez (planchazo contra Lázzaro) y Ribair Rodríguez (un aparente insulto a Collado) quedaron como datos anecdóticos del partido en el que el Ciclón volvió a sumar de a tres y a reconciliarse con la red rival. ¿Y el nivel de juego? Puede esperar.
Texto y foto www.tycsports.com

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