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domingo, 7 de febrero de 2010

Torneo Clausura 2010 - Estudiantes (LP) 2 San Lorenzo 0

El Pincha dominó de principio a fin a un Ciclón desordenado e inofensivo y se impuso por 2-0 en el estadio de Quilmes. Boselli, tras una excelente jugada de Sosa, y Verón, en una maniobra para el aplauso, anotaron los goles del conjunto platense. Aguirre fue expulsado en la visita.

Fue 2-0 sólo porque Estudiantes no quiso hacer un gasto mayor de cara a su presentación en la Copa Libertadores. Fue 2-0 porque el equipo de Alejandro Sabella tiene una jerarquía superior y porque simplemente sabe a lo que juega. Fue 2-0 porque el local fue contundente, jugó mejor y manejó sin inconvenientes los tiempos frente a un San Lorenzo sin ideas, sin un patrón de juego y totalmente quebrado en su última línea, con rendimientos pobrísimos.
El Pincha evidenció en el arranque los problemas defensivos de su rival -sobre todo por el sector izquierdo- y en una ráfaga mostró toda su precisión y todo su poderío ofensivo. José Sosa armó una excelente maniobra personal por la derecha y tiró el centro atrás para la llegada de Mauro Boselli, quien abrió el marcador con un remate rasante ante la marca de Gastón Aguirre. El dueño de casa, con su clásico esquema y los nombres de memoria -sin experimentos extraños-, golpeó en un parpadeo. Del otro lado, los signos de pregunta.
Ya con el resultado a su favor, el conjunto platense se hizo amo y señor del primer tiempo. Juan Sebastián Verón empezó a manejar la orquesta y brilló junto a un par de músicos muy afinados. Entre ellos, Sosa, Maximiliano Núñez y Leandro Benítez. Todos ellos se encargaron de dominar a un Ciclón perdido, desequilibrado, inofensivo e inoperante. Obviamente, el Pincha siguió llegando y generando peligro. Lo tuvo Boselli con una media vuelta que pasó muy cerca y la Bruja obligó a una fantástica atajada de Pablo Migliore tras buscar el ángulo izquierdo con un tiro libre. Era todo el local, por dos causas concretas: sus individualidades y el orden colectivo.
Diego Simeone planteó el partido con su idea: apelar a la presión constante y a la movilidad de todos sus hombres, pero eso se transformó rápidamente en desorden. Alejandro Gómez no logró desequilibrar, Diego Rivero tampoco fue el de otros partidos y Sebastián Rusculleda demostró que no está en buenas condiciones físicas. La defensa, una de terror, en especial por las actuaciones de Jonathan Bottinelli y de Aureliano Torres. Por allí, a los 44, Verón armó su obra de arte: la tiró larga ante la marca del rubio defensor, ganó claramente en velocidad y, con un derechazo seco, decretó el 2-0 tras correr 40 metros con la pelota.
San Lorenzo salió a jugar el segundo periodo con dos cambios: Emiliano Alfaro por Rusculleda -fue sobre el cierre de la primera parte- y Leandro Benítez por Aureliano Torres. El Ciclón trató de descontar rápidamente y sumó mucha gente en ataque. Llegó, merodeó el área de Agustín Orión, pero careció de potencia y apenas inquietó. Un cabezazo débil de Fabián Bordagaray que el uno despejó sin problemas al córner; un frentazo de Alfaro que se perdió muy lejos; y un derechazo de Luna que pasó cerca. Pero a los 27, se terminó el partido con la expulsión de Aguirre.
El Cholo lo puso a Juan Carlos Menseguez en lugar de Cristian Leiva, pero la cantidad de delanteros no hizo a la calidad de los ataques y el Ciclón se fue desvaneciendo. A los 28, Verón, ya con más espacios y utilizando su pegada para abrir de lado a lado y hacer correr los minutos, tuvo el tercero con un tiro libre que le reventó las rodillas a Migliore. La visita siguió buscando con centros, mientras que Estudiantes se mantuvo ordenado y casi no sufrió ante un rival frágil en lo futbolístico y en lo mental. El Pincha fue muy superior en todos los aspectos y sumó una justa victoria para prenderse en la pelea luego de la derrota en el clásico.
Texto y foto www.tycsports.com

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