En el Nuevo Gasómetro el Fortín, que no mostró su mejor versión, igualó 0-0 con el Ciclón, que dejó atrás dos derrotas consecutivas, y se sumó a lo alto del Clausura.Se esperaba más, sobre todo de Vélez, en la tarde del Nuevo Gasómetro. Pero San Lorenzo, con algunas individualidades y sus ganas de revertir su mal momento, le dio pelea al Fortín, que no se guardó ningún titular pese a haber jugado entre semana aprovechando que en la venidera tendrá descanso hasta el viernes. El resultado fue un 0-0 en el que abundaron los roces y las imprecisiones, pero justo por lo que mostró uno y otro equipo en un trámite con momentos favorables a ambos.
En la etapa inicial fue el Ciclón el que se vislumbró más peligroso en un contexto en el que los de Liniers no pudieron sacar a relucir su potencial en los tres cuartos de cancha, abusaron del pelotazo y lograron desnivelar solamente cuando se encendió Maximiliano Moralez, algo que sucedió muy esporádicamente.
En el inicio, Emiliano Alfaro avisó con un disparo de sobrepique que se fue alto. El voluntarioso uruguayo fue el atacante más peligroso del período, aunque se topó con las buenas actuaciones de Sebastián Domínguez y Nicolás Otamendi. La dupla central, justamente, fue la que más trabajó tratando de cubrir al flojo Pablo Lima en el lateral por el que se cansaron de complicar Pablo Pintos y Diego Rivero.
Pintos también acarreó peligro con un tiro que tapó Germán Montoya y luego Santiago Silva exigió a Pablo Migliore y Nelson Benítez quiso mandar un centro desde la izquierda que casi se mete por el segundo palo. También hubo lugar para la polémica, cuando Fabián Cubero enganchó a Alfaro en el área. El Fortín terminó mejor la etapa, aunque siempre careció de claridad.
En el inicio del complemento la balanza volvió a inclinarse en favor de los de Diego Simeone, mientras que los de Ricardo Gareca intentaban acercarse de contra. Sus subidas por la banda derecha, con Cubero y Nicolás Cabrera como exponentes, fueron la combinación tan repetida como a la postre estéril de la visita. El ex Gimnasia disparó afuera en el primer intento, miuentras que Montoya atajó ante otra incursión de Alfaro.
Después llegó el momento de las modificaciones. Leandro Romagnoli fue la carta fuerte del Cholo y Juan Manuel Martínez la del Tigre. Y el Burrito les salió mucho mejor a los de Liniers, que entonces comenzaron a ser más peligrosos en velocidad y lograron plasmar en llegadas sus mejores instantes.
Lima casi marca con un tiro libre al ángulo que ahogó Migliore, otro ingresado, Rolando Zárate, se lo perdió en las narices del arquero tras un centro de Silva y Martínez disparó por arriba y desperdició un cabezazo que también atajó Migliore. Y cuando el asedio de un equipo al fin era claro y sin interrupciones, no hubo tiempo para más.
Al fin y al cabo, el 0-0 no era un resultado tan malo para nadie. A San Lorenzo le servía para levantar su imagen y cortar su mala racha, y a Vélez para seguir en la punta y quedarse con la sensación de que, aunque juegue mal, sus variantes siempre tienen la capacidad de torcer el rumbo de un trámite, más allá de que a veces no descubra la fórmula a tiempo.
Texto y foto www.tycsports.com
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