El equipo de Gallego se puso 2-0 arriba con goles de Silvera y Gandín, pero el Pincha se lo empató con Núñez y Morales Neumann. A falta de un cuarto de hora, Piatti, quien había sido muy elogiado por el Tolo, decretó el 3-2 con una excelente definición. El Rojo es líder junto a Vélez y Godoy Cruz.Américo Gallego había analizado en la semana a su Independiente, y había señalado que no quería “un equipo displicente”, sino un once que jugara “de la misma manera durante los 90 minutos”, características que todavía no había podido encontrar. Después del duelo ante Estudiantes, el Tolo se debe haber ido contento sólo por el 3-2 a favor.
El equipo mostró toda su inestabilidad en el Libertadores de América: generó momentos de muy buen fútbol y mostró toda su potencia ofensiva, pero también sufrió atrás, se dejó estar con la ventaja de 2-0 y casi se termina lamentando. Pero Silvera y compañía fueron más que el Pincha, que igualmente no desentonó y hasta se podría haber llevado un punto valioso.
El conjunto conducido por Alejandro Sabella arrancó más ordenado y al minuto tuvo el gol en el pie derecho de Leandro González tras una desinteligencia defensiva, pero Gabbarini salvó al elenco local en el mano a mano. Pero los problemas del Rojo para contener a la visita no quedaron en esa situación clara, sino que siguió sufriendo debido a los problemas de Acevedo en la contención y la buena tarea de los extremos del rival, rápidos e inquietos.
A los tres minutos, Steffanato probó desde afuera y su disparo pasó muy cerca del palo derecho del arquero local, y cuatro más tarde, Núñez se escapó por la derecha y tiró el centro para la llegada de González, quien cabeceó afuera. Luego, Hoyos volvió a quedar solo con Gabbarini, pero Tuzzio llegó de atrás para enviar el balón al tiro de esquina. Estudiantes no era brillante, pero complicaba a las espaldas de los mediocampistas y al llegar de frente contra los defensores.
Pero en el ecuador de la etapa inicial, luego de probar una y otra vez con centros frontales sin destino, Gallego pegó un par de gritos, el equipo de Avellaneda se acomodó mejor y comenzó a tener más tiempo la pelota, aunque sin demasiada profundidad. Por eso, Silvera probó de afuera a las manos de Albil y Tuzzio trató de sorprender con un tiro que se fue del estadio. El Pincha, en tanto, perdió la frescura de los primeros instantes.
Y cuando parecía que el cero estaba sellado a fuego, Independiente tomó por primera vez a contramano a Estudiantes a los 43 y lastimó. Con espacio, Mancuello encaró y metió un excelente pase entre líneas para la aparición de Silvera, quien enfrentó a Albil y definió con su habitual categoría para el 1-0. Sobre el cierre, el Rojo tuvo el segundo con un centro de Piatti y un cabezazo desviado de Mancuello. Lo mejor de local apareció de contra.
El equipo del Tolo no bajó su intensidad en el arranque del complemento y rápidamente encontró espacios en la zona defensiva del Pincha. A los cinco, Silvera metió el centro, Piatti cabeceó y el palo salvó a un Albil vencido. Uno más tarde, Gandín construyó una excelente pared con Silvera y perdió en el mano a mano con el seguro arquero de Estudiantes. Se veía venir y llegó a los 12: Piatti armó una muy buen jugada por derecha y se la dio a Silvera, quien desde la medialuna la abrió a la izquierda para la aparición en soledad de Gandín, implacable ante el uno.
Pero la comodidad de ese 2-0 le duró un suspiro al dueño de casa, ya que a los 13 Núñez la luchó por el centro, se sacó a Tuzzio y clavó un tremendo zurdazo al ángulo para decretar el descuento. Increíblemente para muchos, todavía con el resultado a favor, Gallego sacó a Mancuello y a Busse y se la jugó con Patricio Rodríguez y Gracián. El Pincha siguió lastimando en cada contra y a los 26 llegó al empate: González dejó solo a Morales Neumann y este la tocó a un costado de Gabbarini.
Desazón y desconsuelo en la cara de Gallego, estupefacto ante los inconvenientes del Rojo para sostener el resultado y para marcar a las espaldas de Acevedo, por donde Estudiantes se hizo un verdadero festín cada vez que se lo propuso. Pero arriba, Independiente era todo lo contrario: inteligente, rápido y punzante. Por eso, a los 33, Gandín se la bajó de cabeza a Rodríguez y este, también de cabeza, habilitó a Piatti en el punto del penal; Nacho hizo jueguito y sentenció de zurda frente a Albil para el 3-2 definitivo.
El equipo de Avellaneda lo ganó porque acertó arriba, porque tiene a Silvera en un nivel bárbaro y porque aprovechó cada falla de Estudiantes, que jugó un muy buen partido pese a tener muchísimos suplentes. Sufrió, pero finalmente logró el objetivo y se subió a lo más alto de las posiciones junto a Godoy Cruz y Vélez.
Texto y foto www.tycsports.com
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