Boca, que suma siete sin ganar en el certamen, empató 0-0 con el líder Lanús, invicto y con dos puntos de ventaja sobre Newell’s y River. El Xeneize fue más en el primer tiempo, mientras que en el complemento reinó la paridad.
Boca y Lanús empataron 0-0 en la Bombonera, en el penúltimo partido de la octava fecha del Torneo Final. Una igualdad justa debido a la paridad que reinó en el duelo, que dejó sabores distintos. El Xeneize llegó a siete partidos sin ganar en el certamen, mientras que su rival es líder invicto y les sacó dos unidades de diferencia a los escoltas Newell's y River.
Luego del anecdótico saludo entre Guillermo y Riquelme en la previa, arrancó el partido que había imaginado Bianchi. Un Boca protagonista que supo neutralizar a Romero y a Regueiro, las alas del líder. Un Boca que giró sobre Riquelme y explotó la velocidad de Palacios y Blandi. Un Boca que merodeó el gol cuando Blandi estrelló la pelota en el palo y Román avisó con un disparo desde fuera del área.
El planteo del Granate no mutó pese al escenario: 4-3-3 agresivo y con presión en campo rival. Sin embargo, faltó precisión y cohesión para quebrar el orden sorpresivo de un rival habitualmente caótico en materia defensiva. Guillermo pidió más de Pizarro, pero el cerebro del medio fue bien anticipado por Erviti. Y en los flashes aislados visitantes, Orion respondió con creces. Todo en el medio de las breves suspensiones por la fallas en el sistema eléctrico del estadio.
La temática se emparejó mucho en el complemento. Bianchi buscó más fútbol con la entrada de Sánchez Miño por Erviti, mientras que Guillermo respondió con la entrada de Chávez para jugar de enlace en lugar de Blanco (Romero pasó de nueve). El partido se cayó porque ninguno consiguió regularidad para tomar las riendas y decidirse a gobernar.
Los momentos más entusiastas del segmento final llegaron cuando Lanús pudo contragolpear, una de sus delicias. Fueron los únicos ratos donde hubo pizcas de emoción, debido a los antecedentes de la floja defensa boquense. Por el lado local, la entrada del Burrito Martínez fue el escaso argumento de un ataque debilitado por el cansancio de Román. El reparto tras el cierre profundizó la sequía de Boca en el Final, mientras que amplió la ventaja de Lanús en lo más alto.
Texto www.tycsports.com
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