Luego de dos derrotas y un empate, el Ciclón superó por 3-1 a Arsenal y frenó con los rumores sobre un posible alejamiento de Pizzi. Navarro, Buffarini y Villalba, gracias a un blooper increíble de Campestrini, anotaron para la visita. Furch había igualado transitoriamente.
San Lorenzo terminó el domingo con una sonrisa, luego de atravesar una semana repleta de rumores sobre una posible salida de Juan Antonio Pizzi por los resultados y por una supuesta relación tirante con el presidente Matías Lammens. Pero goles y triunfos son amores. El Ciclón jugó un buen partido ante Arsenal y se impuso por 3-1, en Sarandí.
El equipo azulgrana generó muchas situaciones de riesgo, algo que le venía costando más allá de controlar la pelota durante largos pasajes, y convirtió, otro de sus puntos flojos en el torneo. En la primera etapa controló las acciones, se mostró más preciso, llegó al 1-0 con un buen tiro libre de Navarro y se fue al descanso con una buena sensación.
Pero en el complemento se retrasó peligrosamente y le permitió al dueño de casa que se hiciera protagonista. El elenco de Alfaro llegó con centros y así alcanzó el empate: envío frontal y frentazo de Furch. Era el peor momento del Ciclón, más allá del gol. Estaba golpeado y Arsenal empujaba con muy poco. Pero un blooper cambió el encuentro.
Piatti tiró un pelotazo muy largo que tenía su destino en las manos de Campestrini, pero el arquero calculó muy mal el pique, el balón lo superó y Villalba, quien acompañó la jugada, la empujó con algo de fortuna y gracias a su velocidad. Luego, San Lorenzo siguió generando de contra, pero no lo pudo definir antes por mala puntería.
Hasta que a los 45, el ingresado Buffarini recibió por el medio un pase de Piatti, quien jugó uno de sus mejores partidos con la camiseta del Ciclón, y sacó un buen derechazo que vulneró al arquero local. Tuvo una ayudita divina, pero San Lorenzo lo mereció. Será una semana más tranquila
Texto y foto www.tycsports.com
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