La Academia perdió 1-0 por un gol de Maxi Núñez (ST 6m), hilvanó su segundo traspié al hilo y derrochó la chance de ser líder. Una vez más, el elenco de Zubeldía careció de ideas, dependió demasiado de Centurión y mostró graves grietas defensivas. El Pincha festejó luego de tres partidos.
Racing no pudo sacarse de encima el caudal de interrogantes que lo persigue y, en otro concierto pálido, dejó escapar la chance de liderar momentáneamente el Torneo Inicial. Su verdugo fue Estudiantes de La Plata, que le ganó 1-0 en un duelo opaco disputado en Avellaneda. Fue el segundo traspié consecutivo de la Academia, que sigue a dos puntos de los líderes Boca (jugará mañana con Independiente) y Godoy Cruz.
En condición de local, la postura de Racing es más agresiva que de visitante. Pero la ambición no significa claridad, un concepto que el elenco de Zubeldía pronuncia poco en el césped. Sólo las gambetas atrevidas del juvenil Centurión le agregaron color a un equipo con poca profundidad en ataque y múltiples fisuras en el retroceso. El Pincha fue el más incisivo durante todo el periodo inicial a partir del manejo de Román Martínez y el trabajo de Carrillo entre Cahais y Corvalán.
A los 18, Carrillo fue interceptado justo a tiempo por Pelletieri, cuando se acomodaba para abrir el marcador. Enseguida llegó un centro de Hauche que Sand no pudo conectar por centímetros. Y luego otras dos del visitante. Román cazó un envío de la Gata Fernández y remató desviado, mientras que Saja le tapó un remate de media distancia al mismo volante. Con velocidad en las réplicas, Estudiantes fue el ganador moral del primer capítulo y, con poco, le generó múltiples interrogantes a su rival.
El merecido premio para el Pincha llegó a los 6 del complemento, por intermedio de Maxi Núñez. La defensa de Racing volvió a olvidar marcas y a exasperar por su falta de criterio. Tras el gol, los de Cagna optaron por retrasarse, mientras que Zubeldía movió piezas (Aued y Vietto por Corvalán y Hauche). En su primera intervención, el juvenil le puso la cabeza a un centro de Centurión e hizo sonar el palo izquierdo de Villar. Racing se partió y caminó por la cornisa en cada réplica platense.
La Academia no pudo cambiar su pobre imagen desprovista de fútbol y sólo le hizo cosquillas a Villar con un cabezazo de Cahais desde un tiro libre. Más allá de aquella jugada puntual, el segundo de Estudiantes siempre estuvo más cerca que el empate. La diferencia no se amplió gracias a la gran respuesta de Saja en un mano a mano contra Núñez. Racing quedó con el ánimo tan vacío como su contenido futbolístico, a pesar de que su posición en la tabla es generosa.
En condición de local, la postura de Racing es más agresiva que de visitante. Pero la ambición no significa claridad, un concepto que el elenco de Zubeldía pronuncia poco en el césped. Sólo las gambetas atrevidas del juvenil Centurión le agregaron color a un equipo con poca profundidad en ataque y múltiples fisuras en el retroceso. El Pincha fue el más incisivo durante todo el periodo inicial a partir del manejo de Román Martínez y el trabajo de Carrillo entre Cahais y Corvalán.
A los 18, Carrillo fue interceptado justo a tiempo por Pelletieri, cuando se acomodaba para abrir el marcador. Enseguida llegó un centro de Hauche que Sand no pudo conectar por centímetros. Y luego otras dos del visitante. Román cazó un envío de la Gata Fernández y remató desviado, mientras que Saja le tapó un remate de media distancia al mismo volante. Con velocidad en las réplicas, Estudiantes fue el ganador moral del primer capítulo y, con poco, le generó múltiples interrogantes a su rival.
El merecido premio para el Pincha llegó a los 6 del complemento, por intermedio de Maxi Núñez. La defensa de Racing volvió a olvidar marcas y a exasperar por su falta de criterio. Tras el gol, los de Cagna optaron por retrasarse, mientras que Zubeldía movió piezas (Aued y Vietto por Corvalán y Hauche). En su primera intervención, el juvenil le puso la cabeza a un centro de Centurión e hizo sonar el palo izquierdo de Villar. Racing se partió y caminó por la cornisa en cada réplica platense.
La Academia no pudo cambiar su pobre imagen desprovista de fútbol y sólo le hizo cosquillas a Villar con un cabezazo de Cahais desde un tiro libre. Más allá de aquella jugada puntual, el segundo de Estudiantes siempre estuvo más cerca que el empate. La diferencia no se amplió gracias a la gran respuesta de Saja en un mano a mano contra Núñez. Racing quedó con el ánimo tan vacío como su contenido futbolístico, a pesar de que su posición en la tabla es generosa.
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