El Granate jugó mucho mejor y se impuso por 2-0 con goles de Regueiro, quien fue expulsado, y Valeri. Ustari cometió un grave error en el primer tanto. Guillermo lo vivió con intensidad, pero no festejó los goles ni el triunfo. En la visita deberían haber sido expulsados Silva y Viatri.
"Guillermo, nunca te vamos a olvidar", rezaba una bandera en la hinchada de Boca. El Mellizo tampoco se va a olvidar de su primera victoria sobre el elenco xeneize como entrenador. Lo vivió como mucha intensidad, pero no festejó los goles ni la victoria por 2-0. Barros Schelotto se fue feliz, sobre todo por el rendimiento de su Lanús, que fue muy superior y dejó sin punta a Falcioni.
El equipo local dejó en claro desde el comienzo que no le iba a entregar facilidades a su rival y presionó en todos los sectores, sobre todo sobre las subidas de Clemente Rodríguez, Emiliano Albín y Juan Sánchez Miño. No dejó jugar a nadie, aunque Mario Regueiro sufrió en algunas ocasiones las subidas del lateral uruguayo, el más decidido y picante para la visita.
Lanús probó con un par de remates desde lejos que no llevaron demasiado peligro, mientras que Boca contestó a los 18 con un remate de Santiago Silva que Agustín Marchesín envió al córner. Fue la única oportunidad clara de la visita en todo el partido. El local no generó demasiado, pero fue más con la pelota en los pies y superó a su rival en ideas, marca e intensidad.
El primer tanto llegó a los 33, quizás de la manera menos esperada. Una pelota elevada que iba a morir en las manos del siempre seguro Oscar Ustari, pero el arquero la dejó escapar -Diego Valeri saltó para incomodarlo-, Rolando Schiavi la hizo rebotar contra el travesaño y Regueiro definió para poner el merecido 1-0. Boca en ningún momento reaccionó.
El Granate también arrancó mejor en el complemento, aunque se fue quedando con el correr de los minutos y le permitió al Xeneize tomar protagonismo. Sin embargo, Boca no logró abrir la cancha, no preocupó con sus atacantes y hasta perdió siempre en las pelotas paradas en ataque. Así, se quedó sin armas y terminó desinflado. "Nunca pudimos ser profundos", opinó Falcioni.
El elenco de Falcioni se salvó del segundo a los 22, cuando Matías Caruzzo sacó sobre la línea un cabezazo de Oswaldo Vizcarrondo y Gonzalo Castillejos la mandó por arriba en el rebote. Luego, el cotejo entró en un pozo. Ninguno se adueñó del balón y se hizo trabado en mitad de cancha. Recién a los 37, cuando Regueiro vio la roja, se asomó un poco el orgullo de Boca.
Pero el Xeneize fue puro empuje y nada de desequilibrio individual ni colectivo. Falcioni probó con los ingresos de Colazo, Gaona Lugo e Imbert. Nada cambió. Y sobre el final, con la visita totalmente jugada, Velázquez lo dejó solo a Valeri, quien definió con categoría para el 2-0. Boca debería haber terminado con 9: Viatri le pegó un planchazo a Carlos Izquierdoz y Silva le metió un manotazo en la cabeza al mismo defensor y sólo vio la amarilla.
El equipo local dejó en claro desde el comienzo que no le iba a entregar facilidades a su rival y presionó en todos los sectores, sobre todo sobre las subidas de Clemente Rodríguez, Emiliano Albín y Juan Sánchez Miño. No dejó jugar a nadie, aunque Mario Regueiro sufrió en algunas ocasiones las subidas del lateral uruguayo, el más decidido y picante para la visita.
Lanús probó con un par de remates desde lejos que no llevaron demasiado peligro, mientras que Boca contestó a los 18 con un remate de Santiago Silva que Agustín Marchesín envió al córner. Fue la única oportunidad clara de la visita en todo el partido. El local no generó demasiado, pero fue más con la pelota en los pies y superó a su rival en ideas, marca e intensidad.
El primer tanto llegó a los 33, quizás de la manera menos esperada. Una pelota elevada que iba a morir en las manos del siempre seguro Oscar Ustari, pero el arquero la dejó escapar -Diego Valeri saltó para incomodarlo-, Rolando Schiavi la hizo rebotar contra el travesaño y Regueiro definió para poner el merecido 1-0. Boca en ningún momento reaccionó.
El Granate también arrancó mejor en el complemento, aunque se fue quedando con el correr de los minutos y le permitió al Xeneize tomar protagonismo. Sin embargo, Boca no logró abrir la cancha, no preocupó con sus atacantes y hasta perdió siempre en las pelotas paradas en ataque. Así, se quedó sin armas y terminó desinflado. "Nunca pudimos ser profundos", opinó Falcioni.
El elenco de Falcioni se salvó del segundo a los 22, cuando Matías Caruzzo sacó sobre la línea un cabezazo de Oswaldo Vizcarrondo y Gonzalo Castillejos la mandó por arriba en el rebote. Luego, el cotejo entró en un pozo. Ninguno se adueñó del balón y se hizo trabado en mitad de cancha. Recién a los 37, cuando Regueiro vio la roja, se asomó un poco el orgullo de Boca.
Pero el Xeneize fue puro empuje y nada de desequilibrio individual ni colectivo. Falcioni probó con los ingresos de Colazo, Gaona Lugo e Imbert. Nada cambió. Y sobre el final, con la visita totalmente jugada, Velázquez lo dejó solo a Valeri, quien definió con categoría para el 2-0. Boca debería haber terminado con 9: Viatri le pegó un planchazo a Carlos Izquierdoz y Silva le metió un manotazo en la cabeza al mismo defensor y sólo vio la amarilla.
Texto y foto www.tycsports.com
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