Tanto River como Lanús llegaban a la 12º jornada del Apertura con un mismo objetivo: confirmar la remontada que habían empezado a demostrar en las últimas fechas. Finalmente, el que logró su cometido fue el Granate, que no mostró el alto vuelo que lució ante Tigre pero hizo méritos como para imponerse por 1-0 y quedarse con tres puntos vitales para seguir escalando en la tabla. El Millonario, por su parte, sufrió una nueva derrota y, ademas, no pudo contar entre sus filas a Ariel Ortega, quien abandonó la concentración por una crisis personal.
Como en todos los partidos de la jornada, la lluvia y el viento tomaron protagonismo y los jugadores debieron adaptarse a un estado del campo de juego muy rápido en el cual las imprecisiones reinaron de los dos lados. River, sin el Burrito, intentó apoyarse en Gallardo para la creación, pero el Muñeco estuvo apagado y sólo aportó algunos remates desde la puerta del área. Buonanotte, más adelantado, fue uno de los más activos en el local, aunque nuevamente le costó concretar las jugadas que armó.
Durante los primeros minutos, River amenazó con llevarse por delante al rival: presionó en mitad de cancha y forzó a Marchesín en dos oportunidades, con disparos de Buonanotte y Abelairas. Con el correr de los minutos, el Millo empezó a ceder y el juego se emparejó. Lanús, sin haber generado situaciones claras durante la primera etapa, se puso en ventaja con un tiro libre de Velázquez, quien fusiló a Vega con un potente remate que se metió en el ángulo.
En desventaja, Astrada movió las piezas. En el complemento, mandó de entrada a Rosales por Bou, y rápidamente duplicó la apuesta con el ingreso de Mauro Díaz en lugar de Villagra. Así, pasó a Ferrari a la mitad de la cancha y devolvió a Almeyda a la cueva, como líbero entre Sánchez y Cabral. Una propuesta más ofensiva; la misma carencia de argumentos. River siguió chocando contra la defensa del Granate, contra Marchesín y contra sus propias limitaciones, sobre todo la ausencia de un hombre de área como referente para sus compañeros.
En el segundo tiempo, Lanús creció gracias a los espacios que regaló River y así tuvo varias oportunidades para ampliar la diferencia. Oportunidades que no aprovechó y que si no lamentó fue porque el Millonario no hizo casi nada. Pensar que la más clara de la Banda fue un remate de Gallardo que Marchesín mandó a córner tras una excelente volada. Antes, el Grana había tenido el gol en los pies de Salvio, pero el volante-delantero no llegó a definir.
El ingreso de Salcedo, cuando faltaba un cuarto de hora para el final, les dio más aire a los de Zubeldía. En la primera que tocó, el paraguayo mandó un cabezazo al palo; en la segunda, sacó un disparo cruzado que se fue muy cerca. Lanús supo cerrar el partido y, de esta manera, logró confirmar su remontada. River, por su parte, se pareció bastante al de siempre. Y tras el empate en el Superclásico y la victoria ante Argentinos volvió a padecer una derrota. Su crisis, por momentos, parece crónica.
Texto y foto www.tycsports.com
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