Un par de desaciertos arbitrales, entre ellos un gol mal anulado a Nicolás Díaz Bender, privaron ayer a Villa Mitre de ganar su partido ante Unión de Mar del Plata y de quedar con chances de clasificar a la siguiente fase del certamen Argentino "A". El empate (1-1) se consiguió en los minutos finales luego de remontar un marcador adverso, ante un rival que hizo un planteo ordenado y que estuvo a escasos minutos de llevarse un triunfo.
Poco y nada. El equilibrio defensivo expuesto por la visita resultó un verdadero problema para el tricolor en la primera fracción. Con la doble línea de cuatro y los dos centrales (Juan Di Bártolo y Fortunato) firmes en el fondo, a Villa Mitre le costó más de un cuarto de hora hallar los caminos para inquietar al golero Alvarez.
En realidad lo logró en cuentagotas cuando decidió atacar por la banda derecha, con desprendimientos de Castellano o alguna aproximación de Allende, el más movedizo.
Recién a los 20 generó la primera situación de riesgo. Cantoni combinó con Castellano y el centro del "8" lo conectó Sepúlveda, quien falló por centímetros.
Una jugada aislada dentro de un contexto mediocre, porque Unión se plantó con inteligencia, desarticuló los movimientos del doble "5" rival --floja tarea de Perugini-Cantoni-- y controló de cerca los movimientos del goleador Martín Carrillo.
En contrapartida, en los marplatenses, Federico Moreira se tornó en el jugador pensante y de mayor desequilibrio. Se movió a espaldas de Castellano y metió algunas pelotas picantes para el siempre peligroso Serfaty. Claro, contó con la compañía de Jesús Collantes, quien, pese a aparentar excedido de peso, siempre pisó con peligro el área de Galant.
El "10", precisamente, tuvo su chance sobre el final, cuando capturó un centro de Vóttola que le quedó pasado a Serfaty y remató apenas alto desde buena posición.
Dos goles y dos polémicas
Las emociones recién llegaron en el complemento. El elenco de Zwicker se adelantó en el terreno y ofreció espacios, pero a la vez siguió machacando en ofensiva con un criterioso manejo del esférico.
Y el primer aviso se produjo a los 2 minutos. Carrillo mandó un centro intrascendente, la pelota sorprendió a Alvarez, dio en palo y cuando Sepúlveda se relamía apareció Pablo Di Bártolo para reventarla.
En la siguiente acción se lo perdió Unión. Moreira asistió a Collantes, quien exigió una rápida salida de Galant. La pelota rebotó en el golero y el volante, de media vuelta, volvió a insistir, pero Díaz Bender la desvió a centímetros de la línea.
Sobre el cuarto de hora Zapata introdujo variantes --Apud por Allende y Agudiak por Sepúlveda--, pero no consiguió el efecto deseado. Se abusaba de los pelotazos --varios enviados por Castellano-- que facilitaban la tarea de los centrales rivales.
A los 17, con el equipo volcado en ofensiva, una maniobra combinada propinó la apertura. La manejó Moreira --asistencia desde la posición del "10"-- y la definió Collantes (cortinó Serfaty para dejar el hueco) con un derechazo cruzado desde el borde del área grande.
De allí en más Villa Mitre cargó con decisión. Con más empuje que ideas --el abanderado de la levantada resultó Díaz Bender-- fue arrinconando a Unión, aunque para lograr el objetivo resultó clave la ruptura del doble "5" --Rodrigo Sánchez entró por Cantoni y creció la labor de Perugini-- y el empeño de Apud y Agudiak, en bandas opuestas.
Díaz Bender convirtió de cabeza a los 38, pero el juez lo anuló, según expresó, por una infracción en perjuicio de Felices cometida entre Rodrigo Sánchez y Agudiak. Nadie observó tal acción y todos se preguntaban qué había pitado Nassier.
También se reclamó airadamente en una falta anterior --empujón en el área-- de Felices sobre Carrillo, que ameritaba sanción.
El buscar insistentemente le permitió a Villa Mitre llegar al empate a dos minutos del cierre. Rodrigo Sánchez (tuvo el triunfo en la última pelota del partido) bajó un centro, Apud la paró con el muslo y Díaz Bender fusiló de derecha a Alvarez.
El gol, al menos, significó el consuelo de no perder en casa, porque la chance de entrar al pentagonal se esfumó por completo.
Texto www.lanueva.com
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