Lo venció por 3-1 en el Monumental y lo eliminó de la Sudamericana. El Granate está en semifinales y además se aseguró un lugar en la Libertadores. González (PT 6m), Silva (PT 30m) y Ayala (ST 25m) anotaron para el ganador, mientras que el gol local lo hizo Teo (ST 37m).
Lanús venció a River por 3-1 en el Monumental, lo eliminó de la Sudamericana y lo dejó sin nada por lo que pelear hasta fin de año. El Granate, que fue ampliamente superior, lo ganó de punta a punta y está en semifinales, donde espera por Vélez, si es que clasifica, o por el vencedor de Itagüi-Libertad. Además, los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto aseguraron su participación en la próxima Libertadores, el otro premio que tenía esta llave.
Al vértigo y el empuje que el equipo de Ramón le puso al comienzo del partido, Lanús le respondió con fútbol y una dosis de fortuna que empezó a ser letal. Tras el 0-0 en la ida era prioritario para el Millonario no recibir goles, pero el invicto le duró seis minutos Barovero. Silva controló un pelotazo de Velázquez, se acomodó y tocó para la entrada solitaria de Somoza, quien remató por abajo. El balón, que parecía no traer mayores complicaciones para el arquero, derivó en Diego González, quien en posición de 9, tocó de taco a la red.
La desventaja fue un golpazo para River, que tuvo en Kranevitter, un hombre hecho para la marca, a su mejor hombre. Con pelotazos para que trabajem a destajo Goltz e Izquierdoz fue consumiento minutos y multiplicando su angustia.
Para colmo de males, a los 30, Melano se le escapó por enésima vez a Vangioni y sacó un centro bajo que Acosta dejó pasar para la entrada solitaria y goleadora del Tanque Silva. Y porque siempre se puede estar peor, River se enteró cinco minutos más tarde que también la suerte estaba en su contra: el palo devolvió un tiro libre de Fabbro, que lo hubiese puesto en carrera.
En el complemento Ramón quiso patear el tablero y metió los tres cambios juntos tras el descanso: Maidana, Carbonero y Lanzini ingresaron por Bottinelli, Ponzio y Vangioni. Sin embargo, el trámite no se modificó: el local siguió monopolizando la pelota, pero sin profundidad. Sólo mediante dos tiros libres de Fabbro hubo algo de peligro, demasiado poco para lo mucho que debía hacer River si quería seguir.
A falta de 20 minutos, Lanús metió la contra que venía insinuando y se terminó la eliminatoria con el gol del paraguayo Víctor Ayala. Para ese entonces el Monumental era un hervidero: hubo insultos a los jugadores y el recuerdo para Cavenaghi y Trezeguet, los últimos dos goleadores que se destacaron en el club. Sobre el cierre y sólo para decorar el resultados, Teo, de cabeza, hizo el gol del "honor".
Al vértigo y el empuje que el equipo de Ramón le puso al comienzo del partido, Lanús le respondió con fútbol y una dosis de fortuna que empezó a ser letal. Tras el 0-0 en la ida era prioritario para el Millonario no recibir goles, pero el invicto le duró seis minutos Barovero. Silva controló un pelotazo de Velázquez, se acomodó y tocó para la entrada solitaria de Somoza, quien remató por abajo. El balón, que parecía no traer mayores complicaciones para el arquero, derivó en Diego González, quien en posición de 9, tocó de taco a la red.
La desventaja fue un golpazo para River, que tuvo en Kranevitter, un hombre hecho para la marca, a su mejor hombre. Con pelotazos para que trabajem a destajo Goltz e Izquierdoz fue consumiento minutos y multiplicando su angustia.
Para colmo de males, a los 30, Melano se le escapó por enésima vez a Vangioni y sacó un centro bajo que Acosta dejó pasar para la entrada solitaria y goleadora del Tanque Silva. Y porque siempre se puede estar peor, River se enteró cinco minutos más tarde que también la suerte estaba en su contra: el palo devolvió un tiro libre de Fabbro, que lo hubiese puesto en carrera.
En el complemento Ramón quiso patear el tablero y metió los tres cambios juntos tras el descanso: Maidana, Carbonero y Lanzini ingresaron por Bottinelli, Ponzio y Vangioni. Sin embargo, el trámite no se modificó: el local siguió monopolizando la pelota, pero sin profundidad. Sólo mediante dos tiros libres de Fabbro hubo algo de peligro, demasiado poco para lo mucho que debía hacer River si quería seguir.
A falta de 20 minutos, Lanús metió la contra que venía insinuando y se terminó la eliminatoria con el gol del paraguayo Víctor Ayala. Para ese entonces el Monumental era un hervidero: hubo insultos a los jugadores y el recuerdo para Cavenaghi y Trezeguet, los últimos dos goleadores que se destacaron en el club. Sobre el cierre y sólo para decorar el resultados, Teo, de cabeza, hizo el gol del "honor".
Texto www.tycsports.com
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