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domingo, 20 de marzo de 2011

Graves incidentes obligaron a suspender Velez vs San Lorenzo

En Liniers, el comienzo se demoró porque la gente del Fortín tiraba cintas de papel, se detuvo porque golpearon a Migliore con un proyectil y Pezzotta lo frenó definitivamente porque la barra del Ciclón rompió las vallas de la tribuna. Minutos antes, había fallecido un hincha azulgrana en las afueras del estadio en confusas circunstancias. Sólo se jugaron siete minutos.


Una vez más, la violencia y la muerte irrumpieron inexplicablemente en un partido de fútbol. De nada sirvieron los paños fríos que en la previa habián intentado aplicar los presidentes de Vélez y San Lorenzo, Fernando Raffaini y Carlos Abdo, dando una conferencia de prensa cordial en conjunto, o que cada equipo haya salido con el banderín del rival. Lo sucedido hoy no hizo más que recordar una de las páginas más negras entre los clubes: el asesinato de Emanuel Alvarez, del que se cumplen tres años.
El Fortín y el Ciclón se aprestaban a enfrentarse en Liniers. Minutos antes, a metros del estadio, un hincha azulgrana, identificado como Ramón Aramayo, había fallecido en confusas circunstancias, pero pocos adentro lo sabían. El inicio se demoró diez minutos porque la gente de Vélez tiraba serpentinas al campo de juego, y llegaron a jugarse siete minutos de fútbol que vislumbraban un juego muy dinámico, con un Fortín insinuándose más decidido pero con llegadas en ambos arcos.
Así, llegó el momento en que el juez Sergio Pezzota cobró un tiro libre para el local muy cercano al área y, mientras se acomodaba la barrera, Pablo Migliore cayó al piso porque un proyectil le había impactado en el hombro. El arquero se recuperó, pero cuando el encuentro iba a reanudarse, en el lado visitante había llegado la noticia de la muerte del hincha. Así, mientras los menos revoltosos quitaban las banderas, los violentos se dedicaron a romper el alambrado para evitar que el partido se jugara.
Por entonces, poco se sabía entre los protagonistas de la tragedia del simpatizante, y el parate duró largos minutos a la espera de controlar la situación y poder seguir jugando. Las pujas entre hinchada y la policía que pretendía frenar el quiebre de las vallas llevaron a que las garantías definitivamente no se dieran, y Pezzotta decidió la suspensión del encuentro. Sólo se habían disputado siete minutos.
Después de la vergüenza, llegará el momento de la reflexión sobre los hechos y la toma de decisiones respecto al encuentro. Y, por supuesto, de aclarar las circunstancias de la muerte del hincha. Mientras tanto, sólo habrá lugar para el luto-
Texto y foto http://www.tycsports.com/

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