No mereció semejante suerte Colón en Mendoza. Aún teniendo en cuenta sus individualidades, un empate hubiera sido lo más justo. Pero si bien fue Godoy Cruz el que tuvo en sus manos el protagonismo en la mayor parte del pleito, la diferencia determinante entre ambos conjuntos tuvo un nombre y apellido conocido: Esteban Fuertes. Y por él, el 3-2 valioso que se llevó el Sabalero de Cuyo tomó carácter de inevitable.
Los minutos iniciales fueron favorables al Tomba. Carlos Sánchez, siempre peligroso y vital en el local, encaró a Diego Pozo, quien cometió una mano no cobrada afuera del área, y luego se topó con el despeje de Ismael Quilez. Enseguida, el mismo Sánchez mandó un centro que Rubén Ramírez no pudo empujar por muy poco.
Pero a los 23, cuando los santafesinos ya empezaban a emparejar las acciones, Esteban Fuertes recibió solo por derecha, habilitó hacia el medio a Lucas Acosta y éste definió desde afuera al palo derecho de Sebastián Torrico. Sin embargo, los de Jorge Da Silva siguieron intentando. Sánchez volvió a exigir a Pozo y, a los 26, un córner muy pasado desde la derecha fue introducido por Diego Villar por la línea de fondo y Emir Faccioli, por el medio, definió a la izquierda del arquero.
Entonces, quedó claro que el partido estaba para cualquiera. Rubén Ramírez volvió a amenazar con un cabezazo desviado hasta que, a los 39, llegó una acción increíble. Fuertes dominó la pelota, pasó el círculo central y cuando le salieron a cortar sacó un sablazo increíble que se metió en el ángulo derecho de Torrico. Ante esas demostraciones del Bichi, no queda más que sacarse el sombrero.
El complemento, no obstante fue prácticamente todo de Godoy Cruz. El local se adelantó, sintiendo la obligación a sus espaldas, tocando en el medio y también generando peligro en los metros finales. La primera la tuvo Lucas Ceballos pero le ganó Pozo y, a los 23, tras un centro desde la izquierda, Villar definió desde la derecha de sobrepique y al segundo palo. También lo tuvo el ingresado Ariel Rojas con un tiro libre alto y otro que llegó del banco, Fabricio Núñez, con un disparo al palo.
Pero el local no lo definía. Sin puntería, permitió que Damián Díaz se agrandara en la visita, que un ingresado sabalero, Santiago Soto, le disparara afuera y que, a los 42, el interminable Fuertes volviera a aparecer en escena. Juan Quiroga envió un centro desde la izqueirda enun avance rápido y el Bichi, mal marcado, anticipó de cabeza a Torrico. Otra vez, el experimentado metía la cola y torcía una balanza que parecía inamovible.
El tiempo se agotó y Godoy Cruz se quedó inexplicablemente con las manos vacías, cada vez más hundido en su flojo momento. Colón, por el contrario, sumaba tres puntos después de dos encuentros para empezar a salir de la irregularidad.
Texto y foto http://www.tycsports.com/
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