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Después de un gran arranque del equipo que dirige Jürgen Klopp, en el que presionó bien arriba a su rival y le generó situaciones de gol, la balanza de los merecimientos se niveló. Los dos arqueros tuvieron una actuación brillante y por eso ambos clubes se fueron a los vestuarios en cero.
Las ausencias por lesión de Toni Kroos y Mario Götze le quitaban brillo desde la previa al duelo en ambos lados. Por eso se hicieron presentes las figuras de Arjen Robben y Marco Reus para manejar los hilos, además de los ya mencionados Manuel Neuer y Roman Weidenfeller.
En el complemento las cosas no cambiaron demasiado, pero llegaron los goles y con ellos la definición del título para los comandados por Jupp Heynckes. Justamente, el entrenador que dejará su cargo y será reemplazado por Josep Guardiola de cara a la próxima temporada.
El reloj marcaba los 14 minutos, cuando Robben desbordó por la izquierda y mandó un centro atrás que Mario Mandzukic aprovechó para mandar a la red. La eficacia fue la que lo diferenció de Robert Lewandowski, quien no pudo concretar lo que había generado en la primera etapa.
La igualdad llegó a los 22, con un penal que Ilkay Gündogan ejecutó abajo y a la izquierda de un Neuer que fue sobre el otro palo. La falta sancionada por el árbitro italiano Nicola Rizzoli, de muy buena actuación, tuvo que ver con una patada infantil de Dante sobre Reus dentro del área.
El último tramo fue para el campeón alemán, que se encontró con un gran Weidenfeller, aunque la calidad de Robben fue demasiado. A dos minutos del cierre, y como revancha de las situaciones desperdiciadas, el holandés se metió en el área y definió con mucha categoría.
Esta es la quinta Liga de Campeones para Bayern Munich, que se reencontró con la gloria en Europa después de 12 años y que estuvo en tres de las últimas cuatro definiciones. En la otra vereda quedó el lamento de Borussia Dortmund, que sólo tiene una estrella en la competición.
Texto www.tycsports.com
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