El Xeneize, con la presencia de Ustari, mostró una pálida imagen y cayó por 3-0 en el Centenario. Cauteruccio (PT 11m y ST 40m) y Garnier (ST 15m) marcaron para el Cervecero, mientras que Silva (PT 17m) fue expulsado infantilmente. La ausencia de Riquelme se potenció en una floja tarea general.
Boca pisó en falso en su presentación en el Torneo Inicial y sufrió una goleada dolorosa por 3-0 ante Quilmes en el Centenario. El equipo de Falcioni ratificó sus problemas para encontrar una nueva identidad tras la partida de Riquelme y se topó con un rival tan sólido como oportunista. El sabor del desencuentro...
Luego de dormir poco tras el desgastante y polémico regreso desde Venezuela, Boca sufrió una intensa pesadilla durante el primer tiempo en el Sur. El Cervecero tuvo un planteo audaz y combativo, que le permitió ganar el medio. Con Caneo como conductor y Cauteruccio como arma letal. En seis minutos, el Xeneize sufrió dos mazazos que lo dejaron lleno de titubeos.
A los 11, el uruguayo Cauteruccio abrió el marcador luego de recibir de Diz en un mínimo offside. Y a los 17 llegó la infantil expulsión de Silva, quien reaccionó ante una falta de Sebastián Romero y vio la roja. Boca quedó en desventaja numérica, física y futbolística. Cauteruccio pudo haber agigantado los problemas a los 38 y a los 43. Mucho trabajo para el debutante Ustari.
Lejos de reaccionar, Boca profundizó sus problemas en el complemento. Ledesma y Erviti fueron inocuos, Somoza siempre estuvo muy retrasado, los laterales fueron inseguros en la marca y Chávez transportó en exceso. La contracara fue el Cervecero, tenaz para robar y feroz para contragolpear. Dos equipos en una sintonía totalmente diferente.
El Xeneize necesitó mucho esfuerzo para hilvanar chances, debido a su juego poco fluido. Como castigo, a los 15 llegó el segundo gol. Cauteruccio pivoteó y profundizó para Caneo. Entonado ante su ex club, el Ponja se fue por izquierda y metió el pase al medio para la llegada en soledad de Garnier. Nadie llegó para tapar al volante jujeño, que aprovechó un buen amago de Diz.
Apenas un tiro desde fuera del área de Clemente Rodríguez y un desborde de Gaona Lugo fueron los avances de Boca. Muy poco para un equipo que pretende pelear el título. En el medio se mantuvo un desorden preocupante y una imprecisión delirante que Quilmes aprovechó sin piedad. Cauteruccio tomó el rebote de Ustari tras un remate de Caneo y le bajó el telón al partido. Boca sufrió una de las golpizas que potencian el desánimo y siembran interrogantes. El miércoles llegará la final de la Copa Argentina ante Racing.
Luego de dormir poco tras el desgastante y polémico regreso desde Venezuela, Boca sufrió una intensa pesadilla durante el primer tiempo en el Sur. El Cervecero tuvo un planteo audaz y combativo, que le permitió ganar el medio. Con Caneo como conductor y Cauteruccio como arma letal. En seis minutos, el Xeneize sufrió dos mazazos que lo dejaron lleno de titubeos.
A los 11, el uruguayo Cauteruccio abrió el marcador luego de recibir de Diz en un mínimo offside. Y a los 17 llegó la infantil expulsión de Silva, quien reaccionó ante una falta de Sebastián Romero y vio la roja. Boca quedó en desventaja numérica, física y futbolística. Cauteruccio pudo haber agigantado los problemas a los 38 y a los 43. Mucho trabajo para el debutante Ustari.
Lejos de reaccionar, Boca profundizó sus problemas en el complemento. Ledesma y Erviti fueron inocuos, Somoza siempre estuvo muy retrasado, los laterales fueron inseguros en la marca y Chávez transportó en exceso. La contracara fue el Cervecero, tenaz para robar y feroz para contragolpear. Dos equipos en una sintonía totalmente diferente.
El Xeneize necesitó mucho esfuerzo para hilvanar chances, debido a su juego poco fluido. Como castigo, a los 15 llegó el segundo gol. Cauteruccio pivoteó y profundizó para Caneo. Entonado ante su ex club, el Ponja se fue por izquierda y metió el pase al medio para la llegada en soledad de Garnier. Nadie llegó para tapar al volante jujeño, que aprovechó un buen amago de Diz.
Apenas un tiro desde fuera del área de Clemente Rodríguez y un desborde de Gaona Lugo fueron los avances de Boca. Muy poco para un equipo que pretende pelear el título. En el medio se mantuvo un desorden preocupante y una imprecisión delirante que Quilmes aprovechó sin piedad. Cauteruccio tomó el rebote de Ustari tras un remate de Caneo y le bajó el telón al partido. Boca sufrió una de las golpizas que potencian el desánimo y siembran interrogantes. El miércoles llegará la final de la Copa Argentina ante Racing.
Texto y foto www.tycsports.com
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