El Rojo perdió 2-0 con el campeón como local por los goles de Tuzzio (ST 37m) en contra y Benedetto (ST 49m), y su entrenador se despidió. Al anfitrión le faltó fútbol para quebrar la solidez del equipo de Alfaro y terminó con uno menos por la roja a Vargas (ST 40m). Los hinchas del Diablo reclamaron por el Tolo Gallego.
La crisis de Independiente se potenció esta noche luego de la derrota por 2-0 ante Arsenal en el estadio Libertadores de América, por la cuarta fecha del Torneo Inicial. Luego de otra presentación signada por la palidez, Cristian Díaz le puso un punto final a su etapa como entrenador en el club y presentó la renuncia "para descomprimir". En medio del infierno, los hinchas locales pidieron por Américo Gallego.
En el prólogo, un mal pase hacia atrás de Russo le sirvió el gol a Lugüercio, pero la reacción de Navarro abortó la jugada. Luego de aquella emoción, el partido se sumergió en un pozo que generó sopor. Independiente tomó la iniciativa con el aval de su rival contragolpeador, pero desnudó sus falencias. Sólo Vargas (incómodo como 8), Rosales (con muchas intermitencias) y el voluntarioso Vidal se salvaron de los reproches del público. Un Rojo errático, sin confianza e inocuo.
Lo del Arse fue aceptable en defensa, pero pobre en ataque ya que Carbonero y Aguirre no acompañaron a los puntas. Ambos equipos cortaron mucho el juego y el fútbol naufragó. Recién en los últimos 10 minutos reaparecieron las chances. Farías definió mal una réplica liderada por Rosales, mientras que Ortiz no pudo conectar bien un centro de Aguirre por izquierda. El Rojo se envalentonó antes del descanso con el apoyo de su gente, pero chocó con su propia impotencia.
Díaz enmendó el error táctico cometido al no poner un clásico volante derecho de entrada y reemplazó a Battión con Monserrat en el complemento. La intensidad creció en la segunda parte, al compás de los reclamos constantes de los hinchas rojos. A los 8, Zelaya envió a las nubes la pelota tras un desborde filoso de Carbonero. Luego lo tuvo el anfitrión, cuando Farías falló en un envío aéreo de Morel. El volante colombiano se encendió en el Arse, mientras que Rosales y Vidal aportaron la única dosis de fútbol en Independiente.
Leguizamón entró por Ferreyra, mientras que Pizzini reapareció por Rosales. Con esos cambios, Independiente plantó bandera en campo rival, pero no pudo generar chances y dejó huecos. El claro ejemplo fue la jugada donde Carbonero recibió de Benedetto en la puerta del área y le dio mordido. El final fue infernal para el local. A los 37 llegó el gol en contra de Tuzzio, tras un centro de López. Después vio la roja Vargas y en el cuarto minuto de descuento llegó el segundo de Benedetto, con asistencia de Zelaya. El peor final para el Independiente de Díaz.
"No es grato, pero es... Agradezco el esfuerzo de los jugadores y el apoyo de los dirigentes. También agradezco a la gente, al margen de algún insulto en el final", manifestó Díaz, luego de despedirse de los jugadores. A su vez, aseguró que "será el primer hincha" y concluyó con un mensaje positivo de cara al futuro: "Independiente va a llegar a junio con una sonrisa dibujada".
En el prólogo, un mal pase hacia atrás de Russo le sirvió el gol a Lugüercio, pero la reacción de Navarro abortó la jugada. Luego de aquella emoción, el partido se sumergió en un pozo que generó sopor. Independiente tomó la iniciativa con el aval de su rival contragolpeador, pero desnudó sus falencias. Sólo Vargas (incómodo como 8), Rosales (con muchas intermitencias) y el voluntarioso Vidal se salvaron de los reproches del público. Un Rojo errático, sin confianza e inocuo.
Lo del Arse fue aceptable en defensa, pero pobre en ataque ya que Carbonero y Aguirre no acompañaron a los puntas. Ambos equipos cortaron mucho el juego y el fútbol naufragó. Recién en los últimos 10 minutos reaparecieron las chances. Farías definió mal una réplica liderada por Rosales, mientras que Ortiz no pudo conectar bien un centro de Aguirre por izquierda. El Rojo se envalentonó antes del descanso con el apoyo de su gente, pero chocó con su propia impotencia.
Díaz enmendó el error táctico cometido al no poner un clásico volante derecho de entrada y reemplazó a Battión con Monserrat en el complemento. La intensidad creció en la segunda parte, al compás de los reclamos constantes de los hinchas rojos. A los 8, Zelaya envió a las nubes la pelota tras un desborde filoso de Carbonero. Luego lo tuvo el anfitrión, cuando Farías falló en un envío aéreo de Morel. El volante colombiano se encendió en el Arse, mientras que Rosales y Vidal aportaron la única dosis de fútbol en Independiente.
Leguizamón entró por Ferreyra, mientras que Pizzini reapareció por Rosales. Con esos cambios, Independiente plantó bandera en campo rival, pero no pudo generar chances y dejó huecos. El claro ejemplo fue la jugada donde Carbonero recibió de Benedetto en la puerta del área y le dio mordido. El final fue infernal para el local. A los 37 llegó el gol en contra de Tuzzio, tras un centro de López. Después vio la roja Vargas y en el cuarto minuto de descuento llegó el segundo de Benedetto, con asistencia de Zelaya. El peor final para el Independiente de Díaz.
"No es grato, pero es... Agradezco el esfuerzo de los jugadores y el apoyo de los dirigentes. También agradezco a la gente, al margen de algún insulto en el final", manifestó Díaz, luego de despedirse de los jugadores. A su vez, aseguró que "será el primer hincha" y concluyó con un mensaje positivo de cara al futuro: "Independiente va a llegar a junio con una sonrisa dibujada".
Texto y foto www.tycsports.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario