El Millonario superó como visitante a Estudiantes por 2-0 y se recuperó tras la caída con Belgrano en el debut. Los dos goles los hizo el mellizo (ST 8m y 21m), quien la semana pasada erró un penal ante el Pirata. El Pincha, que venía de ganarle a Tigre, no pudo mantener la punta.
River superó como visitante a Estudiantes por 2-0, en un partido correspondiente a la segunda fecha del Torneo Inicial. El Millonario se recuperó de la derrota con Belgrano en el debut y encima los dos goles los hizo Rogelio Funes Mori, quien había errado un penal frente al Pirata.
El arranque del encuentro encontró a dos equipos a los que se les hizo muy difícil hacer pie en el campo de juego, producto de la lluvia, y que se repitieron en imprecisiones. Las llegadas a los arcos a lo largo del primer tiempo fueron muy pocas, tan solo una por lado y sin demasiado peligro.
El conjunto que dirige Diego Cagna sólo insinuó con un desborde por derecha de Gastón Fernández y un centro que el debutante Marcelo Barovero cortó sin problemas. El dueño de casa estuvo más firme en el medio y pudo controlar mejor la pelota, pero no tuvo peso ofensivo para preocupar.
La única para los de Matías Almeyda fue un cabezazo de David Trezeguet que Justo Villar sacó al corner con una excelente intervención. Los de Núñez mostraron algunas dudas en defensa y solamente en un tramo corto de la etapa inicial pudieron ser algo más que el León.
La jugada más importante de aquella etapa fue una clara falta de Leandro González Pires sobre Maximiliano Núñez dentro del área que Diego Abal no sancionó. La duda se planteó también por la incertidumbre que mostró Gustavo Esquivel, el juez de línea de aquel sector, quien tampoco indicó la infracción.
En el complemento las cosas cambiaron, River salió con mucha más decisión y logró la ventaja en el marcador. Antes, y tras un toque bárbaro de Trezeguet, hubo un mano a mano que Manuel Lanzini desperdició de manera increíble al intentar darle el pase a Rogelio Funes Mori y dejar corto el balón que fue despejado por Marcos Angeleri.
La apertura del marcador llegó a los ocho minutos y con una nueva falla en la defensa de Estudiantes, que se mostró lenta y desordenada en el segundo tiempo. Otra habilitación del francoargentino para que su compañero de ataque aprovechara el rebote que le dejó Villar tras su primera definición.
La reacción del Pincha, más allá de la falta de claridad, no se hizo esperar. Primero le anularon un gol a Guido Carrillo por posición adelantada de la Gata Fernández y luego el ex River volvió a aparecer por la derecha, pero se equivocó en el último toque y en lugar de dar el pase al medio definió al cuerpo de Barovero.
El equipo de Almeyda no perdonó los errores del rival y a los 21 minutos volvió a golpear. La jugada nació de una falla de Leandro Desábato, quien provocó un rebote que dejó de manera increíble sin marcas a Funes Mori para que el delantero le saque varios cuerpos en la corrida a Agustín Alayes y tocara ante la salida de Villar.
De allí en adelante el reloj corrió sin que sucediera absolutamente nada. En River se festejó el primer triunfo desde el regreso a Primera División y que significó un cachetazo a la ilusión de Estudiantes, que había superado a Tigre en el debut y pretendía mantener la punta en la tabla de posiciones.
El arranque del encuentro encontró a dos equipos a los que se les hizo muy difícil hacer pie en el campo de juego, producto de la lluvia, y que se repitieron en imprecisiones. Las llegadas a los arcos a lo largo del primer tiempo fueron muy pocas, tan solo una por lado y sin demasiado peligro.
El conjunto que dirige Diego Cagna sólo insinuó con un desborde por derecha de Gastón Fernández y un centro que el debutante Marcelo Barovero cortó sin problemas. El dueño de casa estuvo más firme en el medio y pudo controlar mejor la pelota, pero no tuvo peso ofensivo para preocupar.
La única para los de Matías Almeyda fue un cabezazo de David Trezeguet que Justo Villar sacó al corner con una excelente intervención. Los de Núñez mostraron algunas dudas en defensa y solamente en un tramo corto de la etapa inicial pudieron ser algo más que el León.
La jugada más importante de aquella etapa fue una clara falta de Leandro González Pires sobre Maximiliano Núñez dentro del área que Diego Abal no sancionó. La duda se planteó también por la incertidumbre que mostró Gustavo Esquivel, el juez de línea de aquel sector, quien tampoco indicó la infracción.
En el complemento las cosas cambiaron, River salió con mucha más decisión y logró la ventaja en el marcador. Antes, y tras un toque bárbaro de Trezeguet, hubo un mano a mano que Manuel Lanzini desperdició de manera increíble al intentar darle el pase a Rogelio Funes Mori y dejar corto el balón que fue despejado por Marcos Angeleri.
La apertura del marcador llegó a los ocho minutos y con una nueva falla en la defensa de Estudiantes, que se mostró lenta y desordenada en el segundo tiempo. Otra habilitación del francoargentino para que su compañero de ataque aprovechara el rebote que le dejó Villar tras su primera definición.
La reacción del Pincha, más allá de la falta de claridad, no se hizo esperar. Primero le anularon un gol a Guido Carrillo por posición adelantada de la Gata Fernández y luego el ex River volvió a aparecer por la derecha, pero se equivocó en el último toque y en lugar de dar el pase al medio definió al cuerpo de Barovero.
El equipo de Almeyda no perdonó los errores del rival y a los 21 minutos volvió a golpear. La jugada nació de una falla de Leandro Desábato, quien provocó un rebote que dejó de manera increíble sin marcas a Funes Mori para que el delantero le saque varios cuerpos en la corrida a Agustín Alayes y tocara ante la salida de Villar.
De allí en adelante el reloj corrió sin que sucediera absolutamente nada. En River se festejó el primer triunfo desde el regreso a Primera División y que significó un cachetazo a la ilusión de Estudiantes, que había superado a Tigre en el debut y pretendía mantener la punta en la tabla de posiciones.
Texto y foto www.tycsports.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario