El Ciclón, con un equipo renovado, superó por 2-1 a San Martín de San Juan gracias a los goles de Romagnoli (PT 16m) y Jara (PT 44m). El descuento lo hizo Penco (ST 41m). Los de Caruso Lombardi cedieron la iniciativa y contragolpearon con facilidad a partir de los achiques constantes de la defensa visitante.
San Lorenzo se regaló una alegría y sembró motivos para ilusionarse con un futuro mejor, mientras espera por su nuevo gobierno. En el debut en el Torneo Inicial, el renovado equipo azulgrana derrotó por 2-1 a San Martín de San Juan en el Nuevo Gasómetro gracias a una lección de contragolpe y esfuerzo colectivo. Una presentación entusiasta y oxigenante.
El Ciclón puso primera con un 4-4-2 made in Caruso Lombardi y encontró a un rival ideal para contragolpear como sueña su entrenador. San Martín, con un 4-3-1-2 donde Velázquez fue enlace, apostó por un plan audaz: procuró tener la pelota y achicar constantemente desde la línea defensiva.
A pesar de no tener la pelota, San Lorenzo supo encontrar espacios a través de la inteligencia de Romagnoli. A los 16, el Pipi acompañó un embate del veloz Jara y tuvo su premio cuando la pelota le quedó en sus pies. La exquisita definición le dio una ventaja exagerada al local. A su vez, el 10 se llevó los aplausos.
El Verdinegro merodeó el área de Migliore e hizo méritos para alcanzar la igualdad, pero Caprari tuvo la pólvora seca. Cuando se moría el periodo inicial, el Ciclón contragolpeador se encendió de nuevo. Stracqualursi la peleó contra la defensa y luego tocó de taco para Jara, que no perdonó a Ardente. 2-0 y delirio azulgrana.
En el amanecer del complemento, San Lorenzo empezó a justificar la diferencia a partir de sus virtudes colectivas. Esfuerzo para ensuciar las salidas del Santo, cohesión para achicar las líneas, orden para ocupar espacios y velocidad para contragolpear. A los 13 lo tuvo Jara en un mano a mano, tras un nuevo achique fallido de la defensa. La flamante dupla ofensiva del Ciclón fue lo mejor.
Durante la última media hora, San Martín amplió la propuesta en ataque y tomó más riesgos. Sava puso a Penco para avanzar con un tridente. Pero las llegadas fueron desechadas por la dupla Alvarado-Bianchi Arce. Recién a los 41 llegó la primera falla grave, cuando Penco conectó de cabeza un centro de Más y descontó. Caruso y sus dirigidos debieron sufrir hasta el final por los cuatro minutos de descuento.
Más allá de la angustia del final, fue un examen aprobado con un 6 para el nuevo San Lorenzo, que se permite soñar en plena crisis institucional. Los refuerzos rindieron en el marco de un partido que se facilitó por las licencias tácticas del rival. Otra podría ser la historia cuando el Ciclón deba proponer y cargar con la iniciativa.
El Ciclón puso primera con un 4-4-2 made in Caruso Lombardi y encontró a un rival ideal para contragolpear como sueña su entrenador. San Martín, con un 4-3-1-2 donde Velázquez fue enlace, apostó por un plan audaz: procuró tener la pelota y achicar constantemente desde la línea defensiva.
A pesar de no tener la pelota, San Lorenzo supo encontrar espacios a través de la inteligencia de Romagnoli. A los 16, el Pipi acompañó un embate del veloz Jara y tuvo su premio cuando la pelota le quedó en sus pies. La exquisita definición le dio una ventaja exagerada al local. A su vez, el 10 se llevó los aplausos.
El Verdinegro merodeó el área de Migliore e hizo méritos para alcanzar la igualdad, pero Caprari tuvo la pólvora seca. Cuando se moría el periodo inicial, el Ciclón contragolpeador se encendió de nuevo. Stracqualursi la peleó contra la defensa y luego tocó de taco para Jara, que no perdonó a Ardente. 2-0 y delirio azulgrana.
En el amanecer del complemento, San Lorenzo empezó a justificar la diferencia a partir de sus virtudes colectivas. Esfuerzo para ensuciar las salidas del Santo, cohesión para achicar las líneas, orden para ocupar espacios y velocidad para contragolpear. A los 13 lo tuvo Jara en un mano a mano, tras un nuevo achique fallido de la defensa. La flamante dupla ofensiva del Ciclón fue lo mejor.
Durante la última media hora, San Martín amplió la propuesta en ataque y tomó más riesgos. Sava puso a Penco para avanzar con un tridente. Pero las llegadas fueron desechadas por la dupla Alvarado-Bianchi Arce. Recién a los 41 llegó la primera falla grave, cuando Penco conectó de cabeza un centro de Más y descontó. Caruso y sus dirigidos debieron sufrir hasta el final por los cuatro minutos de descuento.
Más allá de la angustia del final, fue un examen aprobado con un 6 para el nuevo San Lorenzo, que se permite soñar en plena crisis institucional. Los refuerzos rindieron en el marco de un partido que se facilitó por las licencias tácticas del rival. Otra podría ser la historia cuando el Ciclón deba proponer y cargar con la iniciativa.
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