El Xeneize venció a Arsenal por 2-1, se recuperó tras dos derrotas consecutivas y saltó al segundo puesto del Grupo 4, con cuatro puntos. Clemente, en contra, había aventajado a los de Alfaro. Mouche y Ledesma lo dieron vuelta.
Tal como había adelantado Julio Falcioni tras la derrota ante Fluminense, a Boca le quedaban por delante cuatro finales en la Copa Libertadores. La primera de ellas, ante Arsenal en Sarandí, fue una verdadera batalla que se jugó con el corazón en la mano y donde las exquisiteces quedaron de lado. Finalmente, el objetivo fue cumplido: el Xeneize triunfó 2-1, saltó al segundo puesto del Grupo 4 con cuatro puntos y se recuperó tras dos derrotas consecutivas.
La presión ejercida por el conjunto de Gustavo Alfaro durante los primeros minutos de juego cortó el circuito de juego del rival y prácticamente anuló a Juan Román Riquelme durante el primer tiempo. Además, el trabajo por Carlos Carbonero a las espaldas de Clemente Rodríguez fue la llave ofensiva del local, que contó con las ocasiones más claras.
A los 9, tras un centro de Nicolás Aguirre, Clemente se apuró en el cierre y en su intento por despejar el balón al corner terminó clavando un derechazo inatajable para Agustín Orión. Arsenal justificó la ventaja con el correr de los minutos e incluso pudo haber ampliado la diferencia con un tiro de Aguirre que salió por arriba del travesaño.
Para Boca todo se hizo cuesta arriba. Con Román controlado por el mediocampo local y con una marcada imprecisión en el resto de sus jugadores, el Xeneize encontró el empate en una jugada sucia, en la que Santiago Silva estaba unos centímetros en fuera de juego, gracias a la definición de Pablo Mouche, el único que encontró la fórmula para lastimar a la defensa del Arse.
En el segundo tiempo se profundizaron las imprecisiones del Xeneize a tal punto que el empate dejó de parecerle un mal resultado. Luciano Leguizamón estuvo cerca de anotar el segundo de Arsenal con un tiro libre que rebotó en uno de los parantes del arco. Y cuando nadie lo esperaba, Pablo Ledesma, recientemente ingresado en lugar de Diego Rivero, marcó el gol del triunfo en una réplica de su tanto del domingo ante Independiente.
A pesar de estar en ventaja Boca siguió sufriendo y, al igual que contra el Rojo, cada pelota parada en contra fue un suplicio. Leguizamón se perdió el empate increíblemente abajo del arco y en el contraataque Riquelme no llegó a definir tras un centro rasante de Ledesma. Luego, en el último minuto, Cristian Chávez se perdió un mano a mano con Cristian Campestrini. El Xeneize no jugó bien, posiblemente hizo uno de sus peores partidos del año (sólo superado por el de Barinas ante Zamora), pero sumó los tres puntos y se mantiene con vida en la Copa, su máximo objetivo del semestre.
Texto www.tycsports.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario