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jueves, 24 de julio de 2008

Luciano Benjamín Menéndez condenado a cadena perpetua

Es por el secuestro, tortura y asesinato de cuatro militantes en 1977. En su último descargo aseguró: "Somos el primer país que juzga a sus soldados victoriosos". El gobernador Juan Schiaretti presenció el veredicto

El represor Luciano Benjamín Menéndez fue condenado hoy a prisión perpetua por violaciones a los derechos humanos en la "causa Brandalisis" y le fue revocada su prisión domiciliaria.
"Se ordena su inmediata detención y alojamiento en una unidad carcelaria de la provincia de Córdoba", anunció el Tribunal Oral Número 1 en la lectura de su veredicto, al revocar la prisión domiciliaria de la que gozaba el ex militar.
Menéndez ahora será trasladado a una dependencia carcelaria dependiente del Servicio Penitenciario.
De los ocho imputados, solo tres no recibieron reclusión perpetua. Ellos son: Hermes Rodríguez, quien deberá cumplir una pena de 22 años; Jorge Acosta, estará 22 tras las rejas y Carlos Vega, con 18 años, fue el que recibió la pena menor. Para todos los demás recayó la pena máxima y en todos los casos se dictaminó que deberán ser alojados en una cárcel común.
En el recinto escucharon el veredicto varios funcionarios como el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti; el secretario de derechos humanos de la Nación, Eduardo Duhalde, y el ombudsman nacional, Eduardo Mondino- y representantes de organismos de derechos humanos, como Estela Carlotto, de Abuelas de Plaza de Mayo.
En las puertas del tribunal se encuentraban cientos de militantes de derechos humanos que recibieron con muestras de alegría las condenas.
El último descargo
El ex jefe del Tercer Cuerpo del Ejército aseguró antes de escuchar el veredicto que "es falso lo que vienen sosteniendo los subversivos, quienes ahora hablan de la inexistencia de la guerra contrarrevolucionaria y llaman represión ilegal a los esfuerzos defensivos de las fuerzas legales". También sostuvo que "no se persiguió a enemigos políticos".
Por otra parte, definió a los integrantes de las diversas agrupaciones de la época como "verdaderos ejércitos clandestinos, combatientes organizados en comandos y unidades a imitación de los militares", a quienes atribuyó 1.500 muertes y 21.500 atentados.
"Antes los terroristas estaban en la ilegalidad, ahora pretenden ser ciudadanos atados a la Constitución. Confío en que los guerrilleros del 70 ahora en el poder no puedan imponer su régimen autoritario", agregó.
En otro momento de su testimonio, manifestó que "los subversivos no se han sacado aún la piel de cordero". Añadió: "Ahora se apropiaron de la legalidad y pretenden ser pacíficos ciudadanos (…) Desde el poder intentan convertirnos a su sistema esclavista".
"Los argentinos sufrimos una guerra desatada por los sicarios vernáculos del comunismo internacional, los mismos que hoy persisten en sus objetivos", señaló.
Hacia el final de su descargo, Menéndez afirmó: "Ostentamos el dudoso mérito de ser el primer país en la historia del mundo que juzga a sus soldados victoriosos.(…) ¿Para quién ganamos la batalla?"

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