El Fortín venció por 2-0 a Unión con un doblete de Ferreyra (ST 3 y 39m) como local y logró su noveno título local. Los de Gareca se aseguraron la gloria a una fecha del final, porque el escolta Lanús perdió 1-0 con River y ya no podrá alcanzarlo.
Vélez se impuso por 2-0 sobre Unión de Santa Fe en Liniers y se calzó la corona de rey del fútbol argentino. A una fecha del final del Torneo Inicial, los dirigidos por Gareca se aseguraron el noveno campeonato local de su historia con una campaña firme, que incluyó 12 victorias, dos empates y cuatro derrotas.
Tal como se esperaba, el Fortín asumió la iniciativa e impuso una presión sofocante durante los primeros 15 minutos de juego. En ese periodo, el local generó tres chances de gol ante Perafán. Sin embargo, el festejo buscado no llegó, las energías bajaron y las neuronas se confundieron.
Así, el Tatengue recargó oxígeno y logró salir a flote a partir del criterio de Donnet y Bruna en el mediocampo. Pérez y Montero también estuvieron cerca de dar el golpe en Liniers, mientras que el rostro de Gareca se enrojecía de bronca por la falta de soltura de su equipo.
Las cosas cambiaron en el complemento, porque Bella se conectó y sus compañeros lo siguieron. Primero, el zurdo hizo tambalear el travesaño con un tiro desde afuera. A los 3 llegó el desahogo: centro de Insúa y cabezazo endemoniado de Ferreyra para acariciar el título. El gol del título. Y a los 16, Bella volvió a probar y Perafán la mandó al córner con una atajada mágica.
En el medio de la euforia, Unión sorprendió con una llegada en soledad de Moreno, pero Sosa cerró el arco con una tapada tan valiosa como un gol propio. Fue un espejismo nomás, porque los laterales ajustaron clavijas, Cerro y Cabral controlaron el mediocampo y el tridente Insúa-Pratto-Ferreyra volvió a la carga.
Unión volvió a aprovechar otro descuido por exceso de confianza de Vélez y tuvo el empate a los 32, pero Franzoia la mandó a las nubes. Enseguida llegó el gol… de Mora. Un tanto que se gritó tanto como el de Ferreyra, porque significó el final del sueño para Lanús. El termómetro explotó a los 39: gran maniobra de Pratto y otro festejo del Chucky para cerrar la fiesta en Liniers. O mejor dicho, para arrancarla…
Tal como se esperaba, el Fortín asumió la iniciativa e impuso una presión sofocante durante los primeros 15 minutos de juego. En ese periodo, el local generó tres chances de gol ante Perafán. Sin embargo, el festejo buscado no llegó, las energías bajaron y las neuronas se confundieron.
Así, el Tatengue recargó oxígeno y logró salir a flote a partir del criterio de Donnet y Bruna en el mediocampo. Pérez y Montero también estuvieron cerca de dar el golpe en Liniers, mientras que el rostro de Gareca se enrojecía de bronca por la falta de soltura de su equipo.
Las cosas cambiaron en el complemento, porque Bella se conectó y sus compañeros lo siguieron. Primero, el zurdo hizo tambalear el travesaño con un tiro desde afuera. A los 3 llegó el desahogo: centro de Insúa y cabezazo endemoniado de Ferreyra para acariciar el título. El gol del título. Y a los 16, Bella volvió a probar y Perafán la mandó al córner con una atajada mágica.
En el medio de la euforia, Unión sorprendió con una llegada en soledad de Moreno, pero Sosa cerró el arco con una tapada tan valiosa como un gol propio. Fue un espejismo nomás, porque los laterales ajustaron clavijas, Cerro y Cabral controlaron el mediocampo y el tridente Insúa-Pratto-Ferreyra volvió a la carga.
Unión volvió a aprovechar otro descuido por exceso de confianza de Vélez y tuvo el empate a los 32, pero Franzoia la mandó a las nubes. Enseguida llegó el gol… de Mora. Un tanto que se gritó tanto como el de Ferreyra, porque significó el final del sueño para Lanús. El termómetro explotó a los 39: gran maniobra de Pratto y otro festejo del Chucky para cerrar la fiesta en Liniers. O mejor dicho, para arrancarla…
Texto www.tycsports.com
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