En el debut de Palermo en el banco de suplentes de Godoy Curz, el Tomba y Quilmes aburrieron a todos e igualaron 0-0. Fue el noveno partido sin victorias para los mendocinos y el séptimo para los de De Felippe. Mandarino se fue expulsado.
Godoy Cruz y Quilmes aburrieron a todos e igualaron 0-0 en Mendoza. En el debut de Martín Palermo como entrenador, el Tomba jugó mejor, pero falló en los últimos metros y sumó así su noveno partido sin victorias. Los de De Felippe llevan siete sin sumar de a tres.
El local fue más en un primer tiempo que dejó mucho que desear. Con el Titán pidiendo intensidad en la presión y rapidez en el primer pase, los mendocinos inclinaron la cancha, pero a los delanteros les faltó efectividad y Trípodi se afirmó con el correr de los minutos.
La más clara de los primeros 45 la tuvo Mauro Óbolo a los 38. El ex Vélez despegó por la izquierda y sacó un remate cruzado que el arquero visitante mandó de manera impecable al córner.
El Cervecero aguantó los embistes del rival e hizo de la paciencia su principal arma. Con la movilidad de Cauteruccio y el buen pie de Cobo, los de De Felippe amagaron con complicar al arco de Ibáñez.
El complemento fue por demás aburrido. Con el ingreso del Toti Ríos el local encontró un poco más de espacio, pero tanto Castillón como Nicolás Castro chocaron una y otra vez con la solidez defensiva de los quilmeños.
Ni Ríos con un remate sutil a los 32, ni Óbolo con un cabezazo de pique al piso sólo dos minutos después, lograron vulnerar al arco rival. Así, se cerró un partido aburrido en un empate que no le sirve a ninguno de los dos.
El local fue más en un primer tiempo que dejó mucho que desear. Con el Titán pidiendo intensidad en la presión y rapidez en el primer pase, los mendocinos inclinaron la cancha, pero a los delanteros les faltó efectividad y Trípodi se afirmó con el correr de los minutos.
La más clara de los primeros 45 la tuvo Mauro Óbolo a los 38. El ex Vélez despegó por la izquierda y sacó un remate cruzado que el arquero visitante mandó de manera impecable al córner.
El Cervecero aguantó los embistes del rival e hizo de la paciencia su principal arma. Con la movilidad de Cauteruccio y el buen pie de Cobo, los de De Felippe amagaron con complicar al arco de Ibáñez.
El complemento fue por demás aburrido. Con el ingreso del Toti Ríos el local encontró un poco más de espacio, pero tanto Castillón como Nicolás Castro chocaron una y otra vez con la solidez defensiva de los quilmeños.
Ni Ríos con un remate sutil a los 32, ni Óbolo con un cabezazo de pique al piso sólo dos minutos después, lograron vulnerar al arco rival. Así, se cerró un partido aburrido en un empate que no le sirve a ninguno de los dos.
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