Un empate 1-1 que empezó con promesa de atractivo y terminó rozando la decepción protagonizaron este domingo en el Nuevo Gasómetro San Lorenzo e Independiente. Sin embargo al Ciclón, ante su gente y después de perder el clásico, el punto le habrá caído peor, además porque empezó ganando. Y el Rojo, encima, jugó con muchos suplentes pensando en la Sudamericana.
Empezó pareja y vertiginosa la acción en la sofocante tarde del Bajo Flores. La visita amagaba desnivelar con Nicolás Martínez y Leandro Gracián, pero el local fue creciendo de la mano de Leandro Romagnoli y las subidas de Diego Rivero. Así, el conjunto de Ramón Díaz se convirtió en el protagonista de buena parte de la etapa, y avisó primero con un cabezazo de Cristian Tula que se fue alto y un mano a mano de Gonzalo Rovira que terminó con un tiro cruzado que rozó el palo.
Por entonces, el conjunto de Antonio Mohamed apenas respondió con un disparo de Germán Pacheco, y recién se despertó cerca del descanso, cuando el Ciclón se tomó un respiro en medio del calor, otra vez se enchufaron Martínez y Gracián y el Rojo se adelantó para complicar con una volea de Pacheco y un disparo del Tano que pegó en el travesaño.
No había transcurrido un minuto del complemento cuando, tras un tiro libre frontal que dejó en un offside no advertido a varios atacantes azulgranas, cabeceó Guillermo Pereyra, la pelota pegó en el palo derecho y Tula anticipó a Hilario Navarro para anotar el primero. Emseguida, Romagnoli probó desde lejos y tapó Hilario, pero a los ocho Martín Gómez desbordó por izquierda sacándose a Jonathan Bottinelli a los manotazos, metió el pase atrás, definió Pacheco, atajó Pablo Migliore y otra vez Pacheco remató para decretar la igualdad.
Semejante arranque fue la mayor inyección esperanzadora de asistir a una tarde rebozante de fútbol, pero todo quedó en eso. El partido cayó en un pozo, la pelota fue y vino intrascendente por el mediocampo y todo fue letargo. El Ciclón llegó sólo una vez más, cuando Juan Manuel Torres tiró desviado y exigido desde la derecha, y cerca del final Leonel Galeano vio la tarjeta roja. Nada más torció el rumbo de esta historia.
El empate ya era un hecho. Por lo menos, el resultado fue justo: ninguno mereció ganar, y así se justifica el reparto de puntos.
Por entonces, el conjunto de Antonio Mohamed apenas respondió con un disparo de Germán Pacheco, y recién se despertó cerca del descanso, cuando el Ciclón se tomó un respiro en medio del calor, otra vez se enchufaron Martínez y Gracián y el Rojo se adelantó para complicar con una volea de Pacheco y un disparo del Tano que pegó en el travesaño.
No había transcurrido un minuto del complemento cuando, tras un tiro libre frontal que dejó en un offside no advertido a varios atacantes azulgranas, cabeceó Guillermo Pereyra, la pelota pegó en el palo derecho y Tula anticipó a Hilario Navarro para anotar el primero. Emseguida, Romagnoli probó desde lejos y tapó Hilario, pero a los ocho Martín Gómez desbordó por izquierda sacándose a Jonathan Bottinelli a los manotazos, metió el pase atrás, definió Pacheco, atajó Pablo Migliore y otra vez Pacheco remató para decretar la igualdad.
Semejante arranque fue la mayor inyección esperanzadora de asistir a una tarde rebozante de fútbol, pero todo quedó en eso. El partido cayó en un pozo, la pelota fue y vino intrascendente por el mediocampo y todo fue letargo. El Ciclón llegó sólo una vez más, cuando Juan Manuel Torres tiró desviado y exigido desde la derecha, y cerca del final Leonel Galeano vio la tarjeta roja. Nada más torció el rumbo de esta historia.
El empate ya era un hecho. Por lo menos, el resultado fue justo: ninguno mereció ganar, y así se justifica el reparto de puntos.
Texto y foto www.tycsports.com
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