El Senado de Estados Unidos aprobó esta noche el plan de salvataje de entidades financieras que impulsa el gobierno de George W. Bush para superar la profunda crisis que atraviesan los mercados. La iniciativa, que recibió varias modificaciones, volverá ahora a la Cámara de Representantes, que el lunes lo había rechazado.
El plan oficial logró el aval de 74 senadores, entre ellos los candidatos presidenciales Barack Obama y John McCain, en plena campaña para las elecciones presidenciales de noviembre. En tanto, 25 legisladores se manifestaron en contra.
Legisladores oficialistas y opositores habían mostrado más temprano su confianza en la aprobación del proyecto, a diferencia de lo ocurrido el lunes en la Cámara baja. Para lograr el aval, los senadores introdujeron numerosos cambios, que llevaron las tres páginas originales de la propuesta del Tesoro a un texto complejo de 451 páginas que incluye, además del salvataje propiamente dicho, distintas iniciativas de estímulo a la economía y, sobre todo, protección de los ahorristas.
A pesar de la confianza, las presiones se multiplicaron a última hora. El presidente Bush y los dos candidatos a sucederlos, su copartidario republicano John McCain y el demócrata Barack Obama, volvieron a instar a los legisladores a que aprueben el plan.
Ahora, la iniciativa será enviada de inmediato a la Cámara de Representantes, que lo rechazó el lunes. Y también allí hay buenas expectativas, basadas fundamentalmente en las modificaciones que incluyen, entre otras, la ampliación de los depósitos garantizados por ley (hasta US$ 250.000) y una reducción de impuestos que afectan a la clase media. La Cámara baja votaría el viernes.
Horas antes de la sesión en el Senado, Bush se reunió con el secretario del Tesoro, Henry Paulson, y el titular de la Reserva Federal, Ben Bernanke, para volver a dialogar sobre la crisis financiera. En las últimas horas, Paulson fue el encargado de convencer a los legisladores díscolos de que le den su aval al plan.
Según la agencia Bloomberg, el jefe del Tesoro se pasó los últimos dos días hablando por teléfono y en persona con distintos diputados. A su lobby se habrían sumado algunas asociaciones industriales. Y por supuesto, los senadores McCain y Obama.
Esta mañana, el candidato republicano había insisitido en que la crisis económica devenirá en "desastre" en caso de un nuevo rechazo al plan de rescate. "Habrá tiempo de ocuparse de los culpables de todo lo que ha pasado, en particular en los casos de Fannie Mae y Freddy Mac, y de los abusos y negociados que corrompieron estas instituciones. Pero ahora nuestro deber es resolver el problema", exhortó McCain.
Por su parte, Obama llamó a "demócratas y republicanos" a que "pongan manos a la obra". "Hagan lo que es correcto para el país porque ahora es el momento de actuar. Está claro que es lo que debemos hacer ahora mismo (aprobar el plan) para impedir que una crisis se convierta en catástrofe", agregó.
La ley propuesta originalmente por la Casa Blanca demandaba el desembolso de US$ 700 mil millones para rescatar sin supervisión deudas incobrables de los bancos. Los diputados cambiaron gran parte de esa iniciativa, imponiendo dos agencias de vigilancia sobre el uso del dinero y recortándolo en cuotas, la primera de 250 mil millones de dólares. Pero aún así, el texto fracasó en la votación del lunes. El texto aprobado esta noche por el Senado toma esas modificaciones y agrega el aumento de la garantía bancaria y las rebajas impositivas, resistidas por algunos legisladores en medio del enorme hueco fiscal que está dejando la administración Bush.
Texto y foto www.clarin.com
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