Boca empató 1-1 como visitante ante la Liga de Quito, en el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana. El Xeneize, que volvió a apostar por los chicos, hizo un gran trabajo en la casa del campeón de América y se aseguró la clasificación para la próxima instancia. El planteo que presentó Carlos Ischia, desde la previa conservador -cinco defensores y un solo delantero-, terminó siendo la clave para tener las riendas del encuentro. El equipo ocupó todos los sectores de la cancha a la perfección y jugó con la desesperación de su rival.
Desde el comienzo, los dirigidos por Edgardo Bauza salieron con todo para intentar revertir la historia. Sin embargo, dejaron espacios en el fondo que aprovecharon Ricardo Noir y su velocidad: el único hombre de ataque preocupó de manera constante a una defensa con muchas dudas.
La contención de Facundo Roncaglia, Ezequiel Muñoz y Juan Forlín, sumado a la salida que propusieron Julio Barroso y Carlos Fondacaro, hicieron todo un poco más fácil. Más aún con las destacadas tareas en el medio de Alvaro González, Cristian Chávez, Nicolás Gaitán y Jesús Dátolo.
Los 2.800 metros de altura no parecieron influir demasiado en el juego de los hombres de Boca, más allá de algunos ahogos por corridas importantes. Enfrente, la Liga de Quito no distó demasiado de aquel flojísimo equipo que había caído goleado por 4-0 en la Bombonera.
A los 28 minutos, Diego Calderón le cometió una falta a Noir adentro del área y el venezolano Juan Soto sancionó penal. El encargado de ejecutar la falta fue Dátolo, quien con un zurdazo preciso que se clavó en el ángulo inferior derecho de José Cevallos abrió el marcador para el Xeneize.
En lo que quedó del primer tiempo, el conjunto de Ischia estuvo más cerca del segundo que los ecuatorianos del empate: Noir lo tuvo dos veces e incluso el árbitro no sancionó una nueva pena máxima por falta del aquero al autor del gol. Lo más claro del local, un tiro libre desviado de Damián Manso.
En el complemento las cosas no cambiaron demasiado: Liga de Quito siguió con el control de la pelota y, ya totalmente plantado en campo rival, logró inclinar un poco el terreno de juego. Sin embargo, Boca se mantuvo ordenado y a la espera de algún espacio para liquidarlo de contra.
A los 26 minutos recién pudo llegar a la igualdad, con un tanto del ingresado Agustín Delgado. El delantero fusiló a Javier García desde el área chica y logró inflar la red después de algunas situaciones en las que su equipo no estuvo afilado en la última estocada.
Sobre el final apareció la figura del arquero xeneize, quien al igual que en el primer partido tuvo atajadas fantásticas, en este caso tras dos latigazos de Manso. También es cierto que la visita pudo haberlo ganado con un mano a mano de Noir que terminó con un remate cruzado que salió apenas afuera.
El próximo escollo para Boca será Internacional, primero en Brasil y luego en la Bombonera. Habrá que ver si Ischia vuelve a apostar por los juveniles y eso dependerá en gran medida de cómo le vaya al equipo en el campeonato local, aunque ahora que la final está más cerca quizá se anime a arriesgar
Texto y foto www.tycsports.com
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