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domingo, 3 de abril de 2011

Torneo Clausura 2011 - Quilmes 0 River Plate 1

Al Millonario le bastó con el gol que hizo Ferrari (PT 13m), tras una serie de toques con Lamela y Acevedo, para vencer al Cervecero en el Centenario. El elenco de López defendió su ventaja en el complemento y festejó en los dos frentes: alcanzó a Estudiantes en la punta y se alejó de la Promoción. La desazón se apoderó del local, que sigue sin ganar y tiene el peor promedio.

River estuvo lejos de brillar, pero le alcanzó con un poco de inspiración para superar por 1-0 a Quilmes, en el estadio Centenario. De esta manera, el Millonario cosechó su segunda victoria consecutiva, alcanzó a Estudiantes en la cima del Clausura y está 14° en la tabla de los promedios. En la otra punta del subibaja quedó el herido Cervecero, que aún no ganó, tiene el peor registro de la temporada y ya posee un pie en el Torneo Nacional.
Con una saludable propuesta de toques cortos, el Millonario asumió la iniciativa en el arranque del duelo vital y edificó una nítida superioridad. Cuando Acevedo y Almeyda pudieron presionar en campo rival, el elenco de López tuvo ráfagas de buen fútbol y logró sacarles jugo a los flashes de Buonanotte y Lamela. En tanto, Díaz aportó con proyecciones verticales y Ferrari colaboró con diagonales.
El primer aviso del visitante llegó a los 10, cuando el Enano enfiló hacia el centro para la zurda y envió la pelota apenas por arriba del travesaño. Tres minutos después llegó el golazo de la tarde: Ferrari definió de cabeza una notable serie de pases de primera entre Acevedo, Lamela y él mismo (en posición confusa). Un extracto del famoso "tiki tiki" le permitió al elenco de Núñez ponerse en ventaja.
Tras el gol, River se acomodó el overol y se predispuso a luchar el partido. Quilmes esgrimió una leve reacción e inquietó con un par de centros desde la izquierda, en las espaldas de Ferrari. Caneo, conductor junto con Raymonda, derrochó el empate de frente al arco de Carrizo. Más allá de compartir la posesión, River ratificó su superioridad cada vez que Almeyda y Acevedo lograron marcar el rumbo en campo quilmeño.
En el prólogo del complemento, Caruso Lombardi modificó el menú ofensivo con los ingresos de Cauteruccio y Torres. Las variantes surtieron efecto y el Cervecero generó tres chances claras de gol entre los 16 y los 18. Primero lo tuvo Morales de cabeza, pero Carrizo contuvo. Luego, Maidana cortó justo a tiempo a Cauteruccio a la hora de definir. Y el mismo delantero casi festeja con un cabezazo de pique al suelo.
El Cervecero también generó peligro en las jugadas de pelota detenida y se percibía un olor a empate. River, ya con Pereyra por Buonanotte, cedió las riendas en una maniobra temeraria y dejó crecer de manera innecesaria a su rival. Caruso penó por la soledad, la zurda de Lamela no gravitó y López dispuso la entrada de Funes Mori (jugó su primer partido tras la pubialgia).
Con una escueta dosis de fútbol lírico y un gran caudal de entrega, River ganó otra final en la batalla por conservar la categoría y se da el lujo de ser protagonista en la pelea por el Clausura. La firmeza de Carrizo, las ráfagas de Lamela, la visión de Acevedo y el combate de Almeyda bastaron para ganarle con lo justo a un rival que ya siente la condena del descenso sobre sus espaldas.
Texto y foto http://www.tycsports.com/

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