El Rojo buscó pero no pudo superar a un Newell´s sin fútbol y así cedió chances de clasificarse a la Libertadores. Los goles de Pablo Pérez (PT 17m), para la Lepra, y del juvenil Martín Benítez (ST 5m), para el local, le dieron forma a una igualdad que le sentó mejor a los rosarinos, a pesar de que pudieron ganarlo en el final, con un gol mal anulado a Mateo.
Avellaneda ardía clamando por una victoria que le permitiera a Independiente seguir soñando con volver a la competición que más brillo le dio a la institución: la Copa Libertadores. Sin embargo, ya desde el comienzo del partido, el Rojo evidenció notables desacoples en la última línea y Newell´s no ocultó su deseo de buscar aprovechar esos errores de contragolpe.
De hecho, cuando apenas iba un puñado de minutos, Adrián Gabbarini, reemplazante del lesionado Assmann, debió jugarse entero para impedir que Maxi Urruti abriera rápidamente el marcador. El arquero quedó sentido pero sostuvo el empate inicial con una buena salvada, que llegó merced a un mal retroceso de Julián Velázquez.
Como era de esperar, la tónica del partido se sostuvo, porque a la Lepra le convino aguardar y tratar de golpear de contra, y porque Independiente no supo cómo plasmar su dominio territorial y de posesión en el marcador. Por eso, no sorprendió cuando Pablo Pérez armó una linda maniobra individual, trató de habilitar a Falcone de taco, pero un deficitario rechazo de Velázquez le dejó la pelota servida, y el volante ajustició a un Gabbarini entregado.
El equipo de Cagna se retrasó aún más y comenzó a exhibir carencias a la hora de la recuperación. Demasiadas faltas cerca del área le permitieron a Independiente llenarle el área de centros y empezar a merecer la igualdad. En uno de esos envíos hacia la zona defendida por Peratta, Maxi Velázquez estrelló un cabezazo en el travesaño, el rebote le quedó a Julián Velázquez, que no pudo superar al 1 rosarino y la pelota cayó nuevamente en los pies del lateral, que increíblemente remató alto dentro del área chica.
Llegó el descanso y Ramón Díaz metió mano en el vestuario, determinando el regreso de Patricio Rodríguez y el ingreso de Hernán Fredes. La intención fue clara, darle más manejo y agresividad a la posesión de pelota del equipo. Y los frutos se vieron enseguida, ya que en una combinación entre Patito y el Martín Benítez, el juvenil de 17 años debutante como titular sacó un gran derechazo y alcanzó el merecido empate.
Newell´s acusó el golpe pero entendió que era vital aguantar el envión del Rojo en los minutos posteriores al gol. Y así lo hizo. La intensidad de Independiente se fue diluyendo, no así su dominio, y en su última línea volvían a aparecer algunos huecos. La falta de ambición de la Lepra hizo que pasaran desapercibidos, pero eran una señal de alarma para Ramón Díaz.
El local, empujado por la localía y por la necesidad de hacerse de los tres puntos, siguió yendo para adelante, con poco fútbol pero con ganas y enjundia. Lo pudo haber ganado en aquella escalada de Vallés, o en el cabezazo final de Nieva, pero también pudo haberlo perdido, porque Newell´s se animó sobre el epílogo y tranquilamente pudo haber sentenciado la historia. De hecho, ya en tiempo de descuento, un habilitado Diego Mateo conectó un centro de Bernardi para poner el 2-1 pero el gol fue mal anulado por offside.
Ninguno de los dos pudo ni supo cómo ganarlo y se fueron con sensaciones ambiguas. Independiente porque no hizo un mal partido, pero careció de variantes para quedarse con los tres puntos tan necesarios; y Newell´s porque se llevó un punto difícil, pero estiró a 13 partidos su racha sin conseguir una victoria y eso lo acerca cada vez más a la zona caliente de los promedios.
Texto y foto http://www.tycsports.com/
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