La Selección fue superior de la mano de Messi y jugó 48 minutos con un hombre de más, pero igualó 1-1 y Muslera agigantó su figura al taparle el remate a Tevez en la definición. Pérez (PT 5m) abrió el marcador para los charrúas y luego vio la roja, mientras que el empate lo señaló Higuaín (PT 17m). En tanto, Mascherano fue expulsado en el final del complemento. Los de Tabárez jugarán el martes ante Perú por las semifinales.
El sueño de cortar la sequía de 18 años sin títulos quedó sepultado en el Cementerio de los Elefantes de Santa Fe. La Selección Argentina igualó 1-1 frente a Uruguay luego del tiempo regular y el alargue, pero sucumbió por 5-4 en los penales y se despidió en los cuartos de final de la Copa América. La esperanza de ser campeones en condición de local se disipó ante la figura de Muslera, quien se lució ante los intentos argentinos.
Motivado por el calor y el color de la gente, Argentina metió su primera estocada al minuto de juego mediante un desborde de Agüero y un remate de Higuaín que controló el arquero Muslera. Esa ráfaga inicial ilusionó, pero la Celeste se acomodó rápidamente e impuso el juego de fricción que tanto le favorece. Y a los 5 llegó un mazazo comparable con aquel primer gol de Alemania en Sudáfrica. Forlán ejecutó un tiro libre, Cáceres le ganó a la marca, Romero no pudo contener y Diego Pérez conectó por el segundo palo. Sin dudas, un comienzo digno de pesadilla.
Tras el tanto, Uruguay decidió replegarse con mayor énfasis y le cedió la iniciativa al elenco nacional, que se mostró nervioso y sin ideas. Gago fue incomodado por la presión, Messi no podía escaparse de Arévalo Ríos y los laterales no subían. Sólo Agüero y su gambeta destrabaron la defensa en un par de avances individuales. Pero todo cambió cuando Messi descubrió la grieta por la zona izquierda de Uruguay: Alvaro Pereira se cerraba para tapar a Gago y dejaba muy solo a Cáceres en el lateral.
La Selección encontró el camino gracias al talento endiablado de Messi y a la notable distribución de Gago en el mediocampo. Precisamente, el volante abrió hacia la derecha en una réplica y encontró a la Pulga, que le apuntó a Higuaín con un centro y le puso la pelota en la cabeza. A diferencia del encuentro ante Costa Rica, el Pipita cabeceó con certeza y empató. A partir del gol, se vio lo mejor del elenco nacional. Messi se cansó de ganarle a Cáceres y todo el equipo lo acompañó con movilidad y dinámica. El estadio empezó a premiar ese esfuerzo con los clásicos "ole, ole".
A los 30, el Pipita volvió a convertir tras un tiro libre de Messi, pero el gol fue correctamente anulado por posición adelantada. Argentina merecía el segundo gol por sus propias virtudes y por la mezquindad de Uruguay, que dejó aislados a sus puntas y se repitió en pelotazos sin destino. Encima, Pérez vio la roja por doble amarilla a los 37 y complicó aún más el panorama visitante. Pese a lo que se especulaba, Argentina debió sufrir los últimos 10 minutos del periodo inicial por la tendencia de los centrales a cometer faltas. Con su fortaleza aérea como aliado, la Celeste avisó que estaba viva e hizo temblar el travesaño con dos cabezazos de Lugano.
Argentina vio nubarrones en el amanecer del complemento, más allá del hombre de más. Debido al redoblamiento de la marca sobre Messi, los ataques se centralizaron improductivamente. En tanto, las fallas de los zagueros le simplificaron el trabajo a Uruguay, que emparejó en los primeros 15 minutos. Desde el banco, Batista pidió reacción con gestos ampulosos. Y el sol empezó a salir gracias a la reaparición de la Pulga y su receta letal: diagonales desde la derecha hacia el centro.
La genialidad de Messi le permitió a Argentina generar dos chances de gol. Primero, el crack del Barcelona encontró a Agüero con un pase de billar, pero el centro del Kun no fue conectado. Luego, el rosarino rompió la defensa y terminó su corrida con un tiro controlado por Muslera. Mientras disfrutó del talento de su figura, la Selección también preocupó por la incapacidad de Burdiso y Milito para tomar al activo Suárez. El atacante del Liverpool les ganó siempre y generó infracciones de espalda al arco.
El Checho le buscó un mejor socio a Messi e hizo ingresar a Pastore por Di María, en una maniobra tardía. La temática del dramático duelo no cambió. Argentina fue superior de la mano de la Pulga y agigantó la figura de Muslera, pero Uruguay resistió y también halló grietas. Lo pudo ganar la Selección con una media vuelta de Higuaín y un tiro libre del ingresado Tevez, pero el arquero charrúa dijo no. Lo pudo ganar la Celeste con un mano a mano de Forlán. La expulsión de Mascherano a los 42 puso a ambos en igualdad de condiciones de cara al alargue.
El primer tiempo del alargue tuvo una intensa paridad y, en medio de la vorágine, los dos coquetearon con el ansiado gol. Los de Tabárez avisaron primero con un par de remates de Alvaro Pereira y Suárez. A los 5, Gago se fue por lesión y lo sustituyó Biglia. En tanto, Higuaín estrelló una pelota en el palo y Tevez y Pastore se animaron desde fuera del área. Muslera ratificó su rol decisivo en los últimos 15 al frustrar a Messi, Higuaín y Pastore.
Los penales se hicieron inevitables y la ansiedad se apoderó de todo el estadio. Messi, Forlán, Burdisso y Suárez acertaron para sostener la paridad. Pero en el quinto remate, Tevez no pudo con Muslera y le dio la ventaja a la Celeste, que sostuvo la diferencia gracias a Scotti y Cáceres. No bastaron los tantos de Pastore e Higuaín. El código penal sentenció que Uruguay es el segundo semifinalista del certamen y sepultó la ilusión argentina. Cuando el dolor le deje paso a la razón, será tiempo de evaluar este fracaso que mancha el ciclo incipiente de Batista.
Texto y foto http://www.tycsports.com/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario